Millonarios vuelve a la cita más importante del futbol del continente: la Copa Libertadores de América. Aún falta por resolverse si va a la fase de grupos, ojalá siendo campeones, o si vamos al repechaje, donde ya estuvimos a comienzos del año 2017 siendo eliminados por el Atlético Paranaense. El reto es hacer una buena presentación y avanzar como mínimo a los 8vos de final y para esto se necesita de un buen técnico, gran nivel de juego y una nómina amplia con varios jugadores de categoría que marquen esa diferencia internacionalmente.

El técnico y el juego está. El profesor Gamero cambió para este semestre y Millonarios se nota imponente para ir a buscar el marcador, dominar los ritmos del juego y crear oportunidades de gol. Ha liderado, con algunos yerros, como la mayoría de los directores técnicos, a este grupo y ha elevado el nivel de muchos de ellos. Toda la confianza para el proyecto 2022 en manos de Alberto Gamero.

En la nómina está el dardo de incertidumbre que tenemos los hinchas azules. Primero porque aquellos jugadores que marcan diferencia pueden verse disminuidos, sigue en veremos las renovaciones de Giraldo y Uribe, y segundo porque la nómina es muy corta para responder en lo local y lo internacional. Los juveniles tienen que dar una mano, pero no podemos seguir tirando de la suerte con los “pelados”, cuando la exigencia será mayor para el año 2022.

Todo este problema nace por una sola causa: Amber Capital y Gustavo Serpa. Su negativa a redoblar una apuesta, a invertir cuando el piso está sólido, nos hace prever lo peor para el año venidero. En las propias palabras del representante del máximo accionista, con Álvaro Montero se fueron los ahorros y no llegarían jugadores de esa jerarquía, que es precisamente la dolencia de Millos para el año entrante.

Ojalá Papá Noel les traiga una mentalidad diferente a nuestros directivos que el año 2022 sea azul en toda Sudamérica.

@maugor