Willington Ortiz entra al gramado del Campín vistiendo la camiseta azul en un clásico frente a Santa Fe. Foto: ElEspectador.com

«Willington Ortiz significa para la Selección Colombia, lo que significa Diego Maradona para la Selección Argentina»: fueron las palabras de Carlos Salvador Bilardo, ex técnico del combinado cafetero y técnico campeón del mundo con Argentina en México 1986. Con esta frase, Bilardo daba cuenta de la importancia que tuvo, tiene y tendrá Willington Ortiz para el fútbol nacional.

Nacido el 26 de marzo de 1952, en Tumaco, Nariño, Willington José Oriz Palacios creció en un pueblo donde la única esperanza de supervivencia eran la pesca o el fútbol. Desde niño, Willington se decantó por lo segundo, mostrando una virtud antes nunca vista para el dominio del balón, la corrida y la pegada.

En la década de 1960, Jaime ‘El Loco’ Arroyave, cazatalentos y hoy miembro de la junta directiva de Millonarios F.C. lo vio jugar en un encuentro disputado en Girardot con la Selección Juvenil de Nariño. Inmediatamente se lo llevo a la capital, a jugar en el mejor equipo del país. Ortiz, quien inicialmente estuvo en las divisiones inferiores, poco a poco fue mostrando sus virtudes y dejó a todos maravillados y asombrados, para así llegar al equipo profesional.

Debutó como profesional y portando la casaca azul en un juego frente a Internacional de Porto Alegre de Brasil, allí marcó su primer gol, que sería el de la victoria embajadora. Al año siguiente, en 1972, se coronó por pirmera vez campeón del fútbol profesional colombiano, de la mano del médico Gabriel Ochoa Uribe como entrenador y haciendo parte de una delantera maravillosa junto a Jaime Morón y Alejandro Brand. «Y ya podemos cantar el gol, con Alejandro, Ortiz y Morón» cantaba la Billo’s Caracas Boys en aquellos tiempos del ‘Millonarios será campeón’.

Aquel equipo dio una alegría a la hinchada luego de ocho años de sequía de títulos. Willington no brillaba precisamente por su poder goleador, sino por su manera de gambetear, eludir rivales y poner centros precisos para que los centrodelanteros cobraran. Morón, Converti, Gamboa, Paniagua, entre otros delanteros, se convirtieron en recios anotadores gracias a los pases del ‘Viejo Willy’.

En 1978 repetiría título con Millonarios, esta vez acompañado de jugadores como Juan José Irigoyen, Daniel ‘Tito’ Onega y Eucides ‘Tizón’ González. Junto al propio Irigoyen, Jorge Amado, Jaime Morón, Daniel Onega, Alejandro Brand, Alvaro Duarte, Hugo Promanzio y Anibal Tortoriello tuvieron la delantera más efectiva de aquel año y una de la más poderosas en la historia del balompié nacional, convirtiendo la nada despreciable suma de 100 goles en el torneo.

Disputó la Copa Libertadores defendiendo los colores azul y blanco en los años 1973, 1974, 1976 y 1979, llegando a semifinales del campeponato continental en sus dos primeras apariciones.

Con la Selección Colombia entraría a la historia el 5 de junio de 1973, en las eliminatorias al mundial de Alemania Federal a disputarse el año siguiente. En el Estadio Centenario de Uruguay y con un gol suyo, la tricolor venció por primera vez a Uruguay, siendo este el primer juego oficial en que el combinado ‘charrúa’ perdería como local en su historia.

Aunque jamás pudo disputar un mundial, se retiró en 1989 y muchos creian que aún tenía aire para seguir jugando y haber podido participar en Italia 1990.