La cantidad de pensamientos que pueden pasar estando tan cerca de un partido tan trascendental, como el clásico por una copa internacional, son innumerables. Los nervios por la alineación, la caza por la boleta y ver comentarios en todo lado de lo que puede pasar. Nos jugamos el semestre, eso para nadie es un secreto, es nuestra oportunidad de cortar con lo que fue un mes muy difícil para Millonarios, un septiembre para el olvido que se cierra con la clasificación a Semifinales y con la liga pendiendo de un hilo.

Hay que salir a comernos al rival, tanto en la cancha como en la tribuna, es momento de romperse la voz como nunca, como si hubiéramos podido estar en la final de la estrella 15; jugadores e hinchas tenemos que encerrar al rival en una jaula que lo deje sin aire, debemos cantar como la primera vez que fuimos, hay que alentar por la herencia de nuestros padres, de nuestros abuelos, con la rabia del que lo quiere ganar todo.

Nos jugamos un sueño que nos ha sido esquivo, volver a la gloria continental, nos jugamos el paso a unos nuevos cuartos de final de una copa internacional. Todos nuestros sueños y nuestra fe está girando mañana sobre las 7:45 en el césped del Campín. A los hinchas les digo que es momento de dejarlo todo, momento de que la hinchada haga que se mueva El Campín a su antojo. Alentaremos con toda la pasión y el amor que le tenemos a Millonarios. Este debe ser el partido que selle de nuevo nuestro pacto como hinchada, que nos devuelva la gloria que tuvimos, demostrar de nuevo lo grande que esta gente, como lo demostramos en la ida, todos cantando lo mismo, todos en el mismo lado.

Nosotros también jugamos este partido, no hay segundas oportunidades, es matar o morir y ellos entrar en nuestra jaula, con nuestras barras populares en la misma tribuna, cantando a una sola voz, es el deber de todos poner su garganta y sus piernas. Haremos que haya un temblor allí, de locura, de amor, de lealtad. Acá lo importante nunca fueron ellos, somos nosotros y el infinito enamoramiento con nuestro escudo, con nuestros colores, saltamos por nuestra familia, nuestros amigos, por los que no pudieron venir y por los que no están en esta tierra.

A nuestro lado estarán todas esas generaciones gloriosas que vieron un Millonarios glorioso, toda la muchachada que alienta Millonarios con cada fibra del corazón, la generación sufrida que lo dejara todo para imponer ese cielo azul resplandeciente, en plena noche capitalina haremos que la noche se ponga azul.

Unidos no nos van a detener, triunfaremos y azul y blanco vestirá esta ciudad que es nuestra casa, así que, si tiene la oportunidad de acudir al estadio, sepa que no es un partido cualquiera, que tiene responsabilidades muy claras:

1.    Cantar los 90 minutos.

2.    Saltar desde cualquier tribuna donde se encuentre.

3.    Presionar al rival en cualquier oportunidad.

4.    Ame este club con todo lo que tenga.

Es el día de volverse pintar la cara, de sacar esa bufanda, de llevar sus gallinas, de vestir esa camiseta pegada al pecho, besarla. De dejar cada gota de sudor y lágrimas en el Campín, encomiéndese a su cábala de preferencia y que el dios de fútbol este con nosotros.

@Cadosch12