Una hinchada que no para, que no cede, que no da el brazo a torcer, es la hinchada que debemos ser siempre. Lo que los hinchas hicimos en Tunja fue darle el respaldo que necesita el proceso, el amor que necesitan los jugadores que tienen que reemplazar fichas claves. Tunja ha sido una tierra tradicionalmente azul, por la cercanía con Bogotá, las similitudes en idiosincrasia con ellos, siempre el viaje obligado para los hinchas azules. Pero también suele reflejar el ánimo de la hinchada en las campañas; la multitud que acompañó a Millonarios a Tunja les quiso decir que creían en ellos y se ilusionan cada vez más.

Viajar a ver a Millonarios es de las cosas más lindas que se pueden hacer en la vida, llevar ese estandarte que es la camisa de tu equipo y tus colores a conquistar nuevos territorios, verlo en otro estadio es un momento mágico y más como lo hizo esta vez, goleando antes de los 25 minutos de juego.

Nunca las carreteras son tan lindas como cuando se va al encuentro de Millonarios, el camino hablando del partido, las manos sudando, las ganas de llegar ya. No importa mucho la ciudad donde se vaya a ver a Millonarios, pero el momento en que se llega a Tunja es parte de lo que los hinchas azules deben vivir; sentir ese frío que recuerda la amada capital, los ríos de gente vestida de azul, los carros pitando a cada hincha de Millonarios que ven, la gente llena de sonrisas compartiendo. Sentirse en casa,

El momento de llegar al estadio es hermoso, porque siempre la gente se lleva un pedacito del Campin para allá. La gente saltando, cantando, tantos niños felices con la camiseta y aunque siempre llegamos a la conclusión de que el Campín es mucho más estadio, esa imagen del equipo saliendo en otras tierras se queda en la memoria para siempre.

Los que sienten que es imposible dejar de ver a Millonarios son los que están allí, los enamorados del proceso, los que creen en este cuerpo técnico y estos jugadores, tanta fe y tanto amor en un solo lugar. El aliento se desborda, las piernas saltan, las manos aplauden, la garganta no quiere parar nunca de cantar.

Esta familia que somos cuando viajamos juntos, esta fe que tenemos es la que debemos tener fecha a fecha, siempre demostramos que cuando estamos unidos, logramos cosas grandes. Imaginen a un pequeño que está en su proceso de enamorarse de Millonarios, ver a toda su hinchada copando tierra ajena como si fuera propia, su equipo goleando y todos abrazados en un mismo cántico, en un mismo sueño. Que la gloria llegue, que llegue esta estrella que nos merecemos, esta que le ha sido tan esquiva a Pinto. Juntos llenamos Tunja, quien sabe, a lo mejor llenamos el cielo de estrellas.

@Cadosch12