Con dos penales, Millonarios desenredó un partido complicado, más por las propias incapacidades, que por las dificultades ofrecidas por el rival. Se hace bien la parte defensiva, pero no cuajamos adelante todavía.

Millonarios siempre tuvo la iniciativa, sin ser un equipo que metiera miedo adelante. Montoya ansioso e impreciso, Silva intermitente y, como todos estos tres partidos, Juan David Pérez fue el más incisivo atacando. Una jugada asilada del Bucaramanga, un par de remates desviados de Millonarios y ya; poco que recordar.

En la segunda parte Millonarios siguió presionando, buscando, porque no se le puede negar a lo equipo que la intención de ir adelante nunca la perdió. Tiro de esquina y un penal ante el remate de cabeza de Matías de los Santos. Cobra cruzado con pierna derecha y pone arriba a Millonarios y de paso, cambia el partido.

Ahí los dirigidos por el profesor Pinto, que salió expulsado en la primera parte, manejaron el balón con más tranquilidad, esperando que Bucaramanga se atreviera más. En contragolpe llega el segundo penal, contra Gonzales Lasso, que Matías repite al mismo palo. Luego manejo y cerrar el partido.

Como leen, Millonarios no creo ninguna opción de gol, ni en pelota quieta, ni en jugada en movimiento. De ir, de insistir, los penales llegaron y salvaron el partido. A todos en el Campín se nos aparecieron “Los Santos”.

Mauricio Gordillo

@maugor