Imagino a Marino Klinger dando sus primeros pasos en aquella bahía al occidente de nuestra tierra, donde se mueve gran parte de la economía internacional de nuestro país, sin saber que compartiría más adelante con otro coterráneo la delantera del Embajador, el gran Delio “Maravilla” Gamboa. Este odontólogo, ícono de Millonarios y su tercer máximo goleador, nació al lado de esas playas, de ese Pacífico siempre rebelde, tierras que siempre han estado sacudidas por la violencia. A estos dos señores les debemos una gran parte del tetracampeonato de los sesenta.

Mientras siguen hallando en este hermoso territorio fosas comunes, también podemos encontrar aún joyas como Santiago Mosquera, artífice del título ganado al rival de patio en el 2017. Es que Buenaventura siempre ha estado ligada a Millonarios y al balompié nacional. Por eso no podemos permitir que siga siendo un terreno de nadie, dominado por narcos que exportan toneladas de droga sin que el gobierno nacional haga algo y sin que ese dinero que sale por ser una puerta de Colombia sea invertido verdaderamente en un desarrollo social y económico para nuestro país. Creo que es vital reclutar jóvenes talentos para nuestro amado azul y que no los enganchen para la guerra las distintas bandas criminales que aprovechan el olvido estatal y de una clase rancia que se ha enquistado en el poder, donde ven a indígenas, afros y grupos minoritarios como diferentes.

Es imposible que en nuestro país sigamos tolerando los desplazamientos forzosos que se cometen en estas zonas. Nosotros como comunidad albiazul, debemos manifestarnos antes estos tristes hechos. Qué bello sería llevar balones y uniformes del Millonarios a este rinconcito del país como muestra de gratitud a los futbolistas bonaverenses que han pasado por el club y a sus comunidades. Debemos recordarles que estamos con ellos, que deseamos desde lo más profundo que nuestros jóvenes gambeteen con el balón y no tengan que empuñar un fusil para acabar con la vida de otro hermano colombiano.

Que la única disputa entre los Shotas y los Espartanos sea con una pelota en una cancha a orillas del Pacífico. Esperemos que podamos disfrutar de más Klinger, Gamboa, Mosquera y Emerson Rivaldo, antes de que la ignorancia del hombre los acabe.

Julio Cesar Vargas López