En medio del barrial que fue la cancha del Pascual Guerrero, Millonarios se trajo un punto en su partido frente al América de Cali. Luego de media hora de retraso, los equipos enfrentaron un problema más, a los que ofrece el rival, por los charcos y lo pesado del terreno de juego. Mejor el segundo tiempo que el primero, más por el control del partido que por vernos superados.

El juego rápido del América sorprendió al comienzo del partido. Los centrales se aplomaron al esquema de 5 defensores y poco a poco el partido se puso a favor de los embajadores. Sin embargo, las pelotas quietas y los rebotes fueron un problema. Faríñez salvó en tres oportunidades clarísimas el arco propio; también el arquero escarlata hizo lo suyo en un par de oportunidades.

Ya en el segundo tiempo, Millonarios fue quien insistió en la salida y en un pase de Silva, que fue el mejor del campo junto a Faríñez, habilitó a Montoya para el uno a cero. Primer gol del volante con la camiseta embajadora, luego saldría por lesión del tobillo por Elíser Quiñones. El partido estaba controlado, pero la pelota quieta volvió a ser factor en contra y en un rebote en el área chica, dejó servido un balón para el rival. Marrugo tuvo dos claras que no pudo convertir por el buen comportamiento del arquero del América.

Haciendo un desgaste importante, Millonarios nunca pareció visitante y fue importante en ataque. Los rebotes de los centrales, debido a la distancia que tienen con los volantes, siguen siendo complicados para los dirigidos por Jorge Luis Pinto. Nunca hemos sido inferiores a los equipos que están entre los ocho, salvo el partido frente a Pasto. Ahora hay que pensar en Copa Águila, para definir la clasificación el próximo jueves. Seguimos de líderes, ajustando el equipo para las finales.

@maugor