Pareciera que cada vez es mas difícil estar lejos de la 57 con 30. Entre más pasa el tiempo y mas borrosos se vuelven los recuerdos de nuestro último encuentro, el corazón puede aguantarlo menos. Y es que ya se cumple un año desde que nos tuvimos que alejar de las canchas y acostumbrarnos a ver a nuestro amor desde la pantalla.

A esto le sumamos lo arduo que ha sido el último año para la mayoría y lo difícil que es la ausencia de nuestro psicólogo recurrente de los domingos en la tarde. Ahora, para terminar de hacer todo más frustrante, el universo por fin conspiró a favor de Millonarios y no se qué lunas se juntaron, para que después de años de oraciones, el equipo se reforzara y llegaran a sus líneas, jugadores que creímos que solo se iban a quedar en la añoranza y la ilusión de nuestros más íntimos sueños.

Tenemos que limitarnos y resignarnos a ver de lejos, no se si el mejor Millonarios de los últimos años, pero sin duda alguna el que con más amor y sentido de pertenencia hemos podido ver. Dos hinchas azules que llegaron como si fueran uno más de nosotros, desbordando ansiosamente el deseo de vestirse con el color de ese cielo, que ya parece ser parte del Campín. Un capitán que desinteresadamente le ha puesto su pecho a las adversidades, ha terminado siempre eligiendo al equipo de sus amores y varios puñados de canteranos que han dedicado su vida para llegar a ser parte de este privilegiado sueño.

Pareciera utópico porque es precisamente lo que deseamos todos los que llevamos el escudo pegado al corazón y elegimos un amor para toda la vida: un equipo entero que sienta lo que sentimos, que además del talento, nos acompañen en las noches de insomnio tras una derrota. Que no escatimen en amor y no se guarden ni una gota de sudor, que sepan siempre que usar la camiseta más hermosa del mundo es una bendición.

Por ahora no nos queda más que esperar y seguir viendo como el fútbol termina en las líneas de cal ya que, sin duda alguna, no hay nada más vacío que un estadio sin algún hincha y esa sensación de perder momentos irrepetibles, ya hace parte de una melancolía irreparable partido tras partido. Aunque pareciera que el equipo haya tomado nuestro lugar como hinchas, siempre hace falta el corazón de Millonarios en las tribunas del Nemesio.

@C8benavides