El diario del lunes esta semana nos golpea con concreto porque en Montería caímos de forma estrepitosa, de esas caídas donde te levantas y sabes que estás sangrando como loco, que la herida es horrible y que lo primero que toca hacer es buscar cómo sanar. Lo cierto es que la solución no es nada sencilla, la herida que tiene Millonarios viene desde hace años y muestra señales de infección.

Padecemos de falta de proyecto, eso viene desde arriba, desde los dueños, pero también de falta de tiempo para los procesos por nivel de presión que se maneja en Millonarios; el que llega aquí tiene que mostrar cosas de una vez para que la presión no lo consuma, por estar en un equipo grande, y no esperamos a que se pueda construir. Quizás sea momento de intentar otra cosa y darle tiempo tanto al técnico y a sus jugadores para que se pueda construir sobre un terreno sólido, cosa que no hacemos desde hace años.

Tiempo para experimentar con los muchachos de la cantera, tiempo para poder sacar tanto jugador que no merece tener esta camiseta y traer esos jugadores picantes que encuentra Gamero, y, con ese tiempo de construcción, los dueños se den cuenta que, además de darle espacio de trabajo al técnico, hay que darle dinero porque el samario ha demostrado que con tiempo y recursos puede formar equipos competitivos desde hombres y no nombres.

El problema urgente es la presión de no haber ganado desde hace 11 partidos, una situación porque la que no debería estar atravesando un equipo como Millonarios, de la grandeza y la talla del Embajador. La realidad es que la nómina es corta porque se fueron muchos y llegaron pocos, culpa de unos dueños que no les interesa invertir y tampoco venden. Ha llegado a quizás un punto bisagra en la cantera de jugadores, que viene de ser campeón y está pidiendo tiempo en el primer equipo: es necesario mirar para allá porque algo debe haber.

Llegados a este punto, hay que tener paciencia de que los resultados se van a dar, que el equipo y el técnico deben tener espacio y tiempo para adaptarse, si bien no es lo ideal y todos quisiéramos que ya el equipo estuviera funcionando, tiene muchas fallas, y, al ser corto, es vulnerable a los malos partidos individuales porque se nota mucho cuando alguno no está enchufado.

Con tiempo confió en que Gamero pueda construir algo sólido para Millonarios, algo tangible, con jugadores que merecen tener la camiseta que él llevo con tanto orgullo y amor. El primer paso es confiar aunque el bote parece estar atravesando una tormenta, esos procesos que solo duran un año para sobrellevar los torneos que de vez en cuando tienen la fortuna de ir bien, no es construir. El samario demostró que puede edificar un club fuerte desde cero, si alguien puede hacerlo porque sabe lo que significa el escudo, es él, campeón con este equipo que dejó todo para venir en un momento donde la casa parece arder.

Creer hasta reventar

@Cadosch12

Valentina Cadosch