Una fecha de nuevo en la cual nos suspenden la entrada, igual que hace un año, y tenemos que volver a repetir el mismo escenario: Escuchar los comentarios del mal intencionado periodista de turno en la narración, ya sea en tv o radio. Empiezan los 90 minutos del partido, voy caminando por la universidad de una sede a la otra, en bares de la zona ya empiezan con la transmisión; sitios llenos.

Transeúntes con audífonos (la pasión se reconoce), tratan de sintonizar la radio para escuchar el partido. Otros como yo, estamos en clase, nos enteramos de las jugadas del partido por medio de las notificaciones de las apps. Difícil situación, toca imaginar cada jugada. Minuto 12 mi teléfono vibra, miro la notificación. ¡Gol de Rojas! para el primero de la noche, la sonrisa se ilumina en mi cara, miro alrededor, otro más se emociono.

Aprovechó una distracción y abro Twitter, todos comentan que fue un golazo; mi casería de trinos esperando que alguien suba el video del gol. Afortunadamente, aquellos que comparten este mismo sentimiento me hacen llegar el video por whatsapp, que golazo, sonreí y algo cambio en mi. Empezó el juego de la mente, querer leer y seguir esperando que el teléfono vibrará de nuevo, con la información del gol. Minutos posteriores y comienzo del segundo tiempo, empiezo a leer el enojo, la frustración que hacen parte del juego, de la pasión.

Es normal sentirla y no todos la demostramos de la misma forma. Somos azules en distintas proporciones; lo importante es entender la visión del otro, ya que todos vivimos por lo mismo, más no lo vivimos igual. «Leer» un partido es mirarlo bajo los ojos de quien lo describe. Allí demuestra en 140 caracteres su pasión, puede que no la compartas, pero es la única forma que tiene para sentir la compañía latente, de no sentir que se está sufriendo solo, en estos 90 minutos de juego. Empieza a vibrar de nuevo el teléfono , son las amarillas a Huérfano y Cadavid, se sospecha, perdimos el balón. Los comentarios así lo hacen ver, se realizan los cambios, sale Mosquera y Huérfano e ingresan Maxi y Quiñónez, sigue la inconformidad y el apoyo en las redes. Vibra de nuevo el teléfono, minuto 89, penal que la app informa que erró jaguares. ¡Dios santo! La app no me notificó que hubo penal, casi se me sale el corazón por la incertidumbre de no saber y la emoción de imaginar a Vikonis vestido de héroe. ¡Ganamos, ganamos! La primera victoria del semestre en nuestra casa.

Triste que no se escuchó el grito de celebración en el campin, los abrazos son a distancia. Ahora Veo la cara de la felicidad de alguien, que va camino a casa en transmilenio, caminando por la calle que leyó o se entero que ganamos con el golazo de Henry Rojas. Así de complicado se vive un partido, cuando no estás allí en el estadio. Una total incertidumbre. Por eso entre todos, hagamos el llamado a la unión, a ser también parte de la solución y no del problema para que no tengamos que volver a ver el estadio, sin lo más importante de Millos: su gente

 

Nicolas Hurtado

@UneJamNikolas