Al iniciar el año 1994 Millonarios ajustaba 5 temporadas sin títulos, y 4 sin alcanzar la final del torneo, lo que en el equipo más importante del país se denominaba fracaso. El técnico Miguel Augusto Prince, antigua gloria de la institución, había formado una plantilla joven desde la primera C, y posteriormente la había consolidado en la primera categoría al asumir el cargo de técnico del primer equipo en abril de 1992, luego de la debacle del equipo de Moisés Pachón.  Las temporadas de 1992 y 1993 se saldaron con clasificaciones a las semifinales y un rendimiento bastante decoroso, sin embargo, se hizo patente que se necesitaba combinar la juventud de la plantilla con algo más de experiencia, dentro y fuera de la cacha, para volver a pelear los títulos.

Por ello, agradeciendo al “Nano” el magnífico trabajo realizado con esa camada proveniente de las inferiores del club (plantilla que terminaría arañando el título en las campañas de 1994, 1996 y 1997), se le envió a Europa a realizar un curso de DT, y se le entregó el equipo a Vladimir Popovic, experimentado técnico Serbio que venía de dirigir a la selección peruana, y que había obtenido títulos con Santa Fe y Deportivo Cali. Popovic, que tuvo al legendario Alejandro Brand como asistente técnico,  demostraría ser un estupendo administrador de recursos, sabiendo en todo momento extraer lo mejor de su plantilla, y su mano se notó desde la planificación de la temporada. El resultado sería un equipo dinámico, goleador, y absolutamente querible, que se ganaría la gratitud y el recuerdo de la hinchada, que sería digno de la historia de Millonarios y que demostraría que el gigante solo estaba dormido, al alcanzar la final y el cupo a la Copa Libertadores, a pesar de no alcanzar a ganar el título.

Ante la salida de Ricardo “gato” Pérez hacia el América de Cali, Popovic exigió que el dinero de su venta se usara para asegurar la continuidad del resto de la plantilla (incluyendo a Freddy León, que tenía una oferta del Junior para disputar la Copa Libertadores, y exigía un aumento sustancial de su sueldo para firmar la renovación), y para conseguir algunos refuerzos en posiciones claves: un arquero suplente (John Freddy Van Stralem), un lateral derecho (Flaminio Rivas), un lateral izquierdo (Eugenio Uribe) y un centro delantero (Armando “Piripi” Osma) a fin de tener alternativas de recambio, además de un diez que pudiera ser titular junto a Carlos Rendón (el argentino Marcelo Benítez, que venía de ser goleador en Ecuador), y un delantero con desequilibrio (Orlando “Pony” Maturana).

Con estos refuerzos, Millonarios enfrentó la campaña de 1994 con la siguiente plantilla:

Arqueros: Eddy Villarraga y John Freddy Van Stralem
Laterales derechos: John “Pocillo» Díaz, Harold Morales y Flaminio Rivas.
Laterales izquierdos: Edison Domínguez y Eugenio Uribe.
Defensas centrales: Óscar Fernando Cortés, Osman “fosforito” López, Carlos Álvarez y Orlando Rojas.
Volantes de marca: Yesid Mosquera, Bonner Mosquera y Alan Valderrama.
Volantes creativos: Carlos Rendón, Marcelo Benítez y John Mario Ramírez (al principio a cuentagotas, titular al final del año).
Delanteros: Arnoldo Iguarán, Freddy León, Orlando “Pony” Maturana, Armando “Piripi” Osma, Harry Castillo y Juan Reyes.

El equipo que sería base para la campaña del año sería con el efectivo Eddy Villarraga en el arco, una defensa integrada por “Pocillo” Díaz o Harold Morales en la lateral derecha, Edison Domínguez (cuya potencia en el pie izquierdo sería determinante en tiros libres y en cambios de frente mortíferos) en la lateral izquierda, y la zaga central con “Fosforito” López y Óscar Cortés (quien era parte de la selección Colombia que disputó el Mundial de USA 94). Bonner Mosquera (jugador fino y de talento) junto a Yesid Mosquera en la mitad de la cancha, custodiando a Carlos Rendón (talentoso volante de gran pelota quieta) y al argentino Marcelo Benítez (reemplazado al final de año por John Mario Ramírez), y en la delantera Orlando Maturana, o Arnoldo Iguarán (quien seguía marcando goles a sus 37 años) junto a Freddy León.

 

En algunos partidos incluso Millonarios se arriesgaba a jugar con sus tres delanteros titulares, porque la visión de Vladimir Popovic era sencilla, pero efectiva: En el fútbol se gana haciendo goles. Por ello la prioridad del técnico serbio siempre fue el ataque (y de hecho, el equipo marcaría más de 100 goles en la temporada), a pesar de que algunos “genios” del micrófono menospreciaron siempre su trabajo hablando de “anarquía táctica”, por el hecho de buscar siempre anotar y no solo achiques, agrandes, presión a los costados, o marcaciones zonales, que era la moda de la época en el fútbol colombiano. Las anotaciones del equipo de Popovic llegaban por la velocidad de Iguarán y León, por el uno contra uno de Maturana, por el oportunismo de Osma, por el talento de Rendón y Ramírez, por la pelota quieta y la media distancia de Rendón, Domínguez y Valderrama, por los desbordes del “Pocillo” Díaz y de Morales, por los cambios de frente de 50 metros de Domínguez, e incluso por el cabezazo de Osman López. .. las variantes eran muchas.

 Torneo Apertura

Los 16 equipos del rentado fueron divididos en dos grupos, que disputaron partidos en dos vueltas, para determinar a los dos primeros (que disputarían el 1.00 y el 0.75 de bonificación a duelos de ida y vuelta) y a los dos segundos (que disputarían los bonos de 0.50 y 0.25). Millonarios quedó en el grupo A junto a América, Deportivo Cali, Santa Fe, Once Caldas, Pereira, Quindío y Huila.

El campeonato arrancó bien, con una victoria por 2-1 en Cali ante América (Rendón y Reyes) que no se celebraba desde el 6 agoto de 1989 (fue un 3-2 con dos goles del Pájaro y uno de Abonía). A continuación Millonarios empataría a un gol un partido muy complicado en el Campín contra Caldas (Iguarán), y vencería por 3-1 a Quindío en el Centenario (Bonner, Maturana e Iguarán, habiendo desperdiciado penal el “Pony”) antes de igualar a dos goles el primer clásico capitalino del año (Domínguez e Iguarán). Después Millonarios sufriría derrotas consecutivas como visitante por 1-0 ante Pereira y por 2-1 ante Cali (Rendón de penal, aunque fallaría otro que hubiera sido el del empate) antes de recuperarse y cerrar la primera vuelta con un triunfo por 3-0 ante Huila en el Campín (Iguarán, León y Rendón).

A pesar de los buenos resultados de la primera vuelta, Millonarios sufrió mucho en el aspecto disciplinario, ya que los jueces se mostraban inflexibles en sus determinaciones, y sancionaban con todo el rigor de la ley las infracciones azules (cosa que no hacían con las verdes y las rojas), no perdonando ni media, como se dice en el argot popular. Esto a su vez impulsaba las protestas de una plantilla joven y sin mucha experiencia, lo que aumentaba el número de tarjetas, y dificultaba la labor de Popovic para armar la plantilla. Por eso, la segunda vuelta se inició con una terrible derrota por 3-0 en Manizales, antes de retomar la senda ganadora con las victorias consecutivas en el Campín por 1-0 ante Quindío (Iguarán), 3-0 ante Santa Fe (Valderrama y León x 2) y 6-1 ante Pereira (Iguarán x 2, León, Bonner, Rendón y Domínguez de penal). Después Millonarios perdería en un duelo muy polémico ante Huila en Neiva por 2-0 (con varios expulsados y reportados por el juez debido a las protestas), antes de golear 4-1 a Deportivo Cali en el Campín (“Piripi” Osma x 2, Maturana y Castillo) y enfrentar al América, con la necesidad de empatar para asegurar el primer lugar: Millonarios perdía 2-1 en el minuto 85 con anotación de León, y Rendón había fallado un penal (además, en el segundo gol americano De Ávila se llevó el balón con la mano), cuando Edison Domínguez, en un soberbio tiro libre, derrotó a Óscar Córdoba y decretó el empate a dos goles, que le aseguró a Millonarios el primer lugar del grupo A con 17 puntos, y el derecho a enfrentar a Nacional por el bono mayor.

Desafortunadamente, la definición del bono se decidió en los despachos, ya que la comisión arbitral decidió actuar de oficio por las protestas azules ante el mal arbitraje en Neiva, y en una decisión por lo menos polémica decidió sancionar a Óscar Fernando Cortés, Alan Valderrama, Freddy León… y Arnoldo Iguarán (nada menos que con 6 fechas!!!!), provocando que Popovic no pudiera contar con varios de sus titulares, incluyendo a su goleador, para el partido de ida en Medellín. A pesar de semejante trato de favor, Nacional tuvo que batallar mucho para derrotar por 1-0 a Millonarios en el Atanasio Girardot, y en la revancha en Bogotá solamente un penal muy dudoso convertido por Higuita le permitió empatar a un gol (por Millonarios anotó Rendón de penal) y ganar el punto de bonificación, dejando a Millonarios con el 0.75. La decisión de la comisión arbitral de sancionar a los jugadores que protestaron un arbitraje localista, que dejó diezmado a Millonarios antes de la definición del bono, terminó definiendo el título, teniendo en cuenta éste al final fue decidido por la bonificación.

Torneo Finalización

En el torneo finalización, que se desarrolló con la modalidad de todos contra todos a doble vuelta, se disputaron 10 fechas antes de la pausa obligada por el Mundial USA 94. Millonarios vencería 4-1 a Tuluá en el Campín (León x 2, Osma y Maturana, con Domínguez fallando un penal), empataría a un gol en Santa Marta con Unión Magdalena (León), vencería 3-1 al subcampeón DIM (Rendón y Bonner x 2) y 2-0 a Huila (Iguarán y Benítez) en el Campín, y derrotaría 3-2 a Bucaramanga en el Alfonso López (Iguarán, León y Rendón) antes de caer por 2-1 ante América en el Campín (gol de Osma, y expulsión de León a los 40 del primer tiempo) en la primera derrota ante el cuadro escarlata como local desde 1986. Después Millonarios perdería por 3-2 en Envigado (Rendón e Iguarán), vencería por 3-1 al campeón Junior en el Campín (Iguarán x 2 y Rendón, Cortés expulsado desde el minuto 10), antes de cerrar el semestre en un punto bajo de rendimiento con las derrotas por 2-1 en Medellín ante Nacional (Osma) y por 3-1 en el tercer clásico capitalino del año (León).

Después del Mundial USA 94, el torneo se reanudó sin presentarse refuerzos en Millonarios, e incluso la nómina se redujo por la salida del argentino Benítez por diferencias económicas. Millonarios derrotaría por 3-1 a Pereira (Iguarán x 2 y Rendón) y por 6-2 a Quindío en el Campín (Maturana x 3, Iguarán x 2 y Osma), empataría a un gol en Manizales (Rendón de penal), y vencería por 1-0 a Cúcuta en el Campín (Maturana), antes de caer por 1-0 en el Pascual Guerrero ante Deportivo Cali. Finalmente Millonarios retomaría el rumbo goleando 4-1 a Unión Magdalena en el Campín (Rendón de penal, Morales, Díaz y Castillo) antes de enfrentar las peores pruebas del año, en el denominado septiembre negro.

Ese mes de septiembre de 1994 fue denominado así por la racha increíble de expulsiones y lesiones que sufrió el equipo azul, y que pondrían a prueba a una plantilla no demasiado amplia y sin posibilidades económicas de reforzarse, y a un técnico que para algunos partidos importantes tuvo que armar un verdadero sudoku en las alineaciones. Millonarios arrancaría el mes empatando a un gol ante DIM en el Atanasio Girardot (Maturana para Millonarios, y el “Pájaro” Juárez para el DIM), pero luego perdería en el cuarto clásico capitalino del año, no solo el partido por 1-0 sino a Eddy Villarraga casi un mes por lesión, en un choque con Tilger. A continuación el equipo perdería en Neiva por 1-0, y sumaria a las bajas, esta vez por expulsiones, a Harold Morales y a Carlos Álvarez… y vendría lo peor, una victoria pírrica por 2-0 ante Bucaramanga en el Campín (Rendón y Osma), en la que Van Stralem tapó un penal, pero Millonarios perdió por lesión a Freddy León por 3 semanas (un codazo de un zaguero le tumbó tres dientes) y a Óscar Fernando Cortés por más de un año (rotura del ligamento cruzado de su rodilla… volvería a finales de 1995, y recaería para reaparecer en las finales de 1996, pero jamás retomaría el nivel que lo llevo a ser seleccionado para un mundial).

Con las bajas por lesión de Cortés, Villarraga y León, y por sanción de Morales y Álvarez, Popovic se vio en aprietos para armar su equipo en vísperas a las visitas a Cali y Barranquilla, y sufrió dos duras derrotas. Primero Millonarios salió humillado del Pascual Guerrero ate América con un lapidario 5-0, después derrotaría con lo justo a Envigado con gol de Rendón de penal, aunque Maturana falló otro y Carlos Álvarez nuevamente salió expulsado (volviendo a colocar en aprietos a Popovic para armar la defensa), y finalmente se perdería catastróficamente por 4-1 ante Junior en Barranquilla (gol de León, y nueva expulsión de Morales). A partir del clásico en que se lesiona Villarraga el balance había sido de 4 puntos ganados de 12 disputados, debido a la racha increíble de lesiones y suspendidos (los jueces seguían sancionando con gusto a cualquiera que se vistiera de azul), por lo que el técnico Popovic convocó a toda la plantilla a una reunión, con presencia del presidente, en el que se llegó al compromiso de evitar las protestas a los jueces y toda situación potencial de sanción disciplinaria, dado que ante los azules los árbitros por lo general sacaban las tarjetas como si fueran comisarios del viejo oeste.

A partir de este momento, un Millonarios que recuperó a sus lesionados (excepto Óscar Cortés) no volvió a conocer la derrota en el torneo finalización, y reacomodó su defensa con Osman López y Carlos Álvarez. El renovado Millonarios derrotó contundentemente a Nacional por 3-0 en el Campín (Bonner, Rendón de penal y autogol de Marulanda), luego derrotó 3-2 a Pereira como visitante (Iguarán, León y Castillo) y empató 2-2 con Quindío en Armenia (Osma y Rendón), antes de vencer a Caldas por 2-1 (Rojas y Rendón de penal, con Villarraga tapando otro) en el Campín, empatar a un gol en Cúcuta (Iguarán), golear a Cali en el Campín por 3-0 (Rendón de penal, Iguarán y León) y finalmente empatar en Tuluá a un gol (Iguarán).

El equipo terminó el torneo finalización con 36 puntos, alcanzando el segundo lugar y el 0.75 de bonificación (Nacional sumó 37 puntos), con lo cual Millonarios ingresó a las finales con 1.50 de bono, contra 2.00 de los verdes. Fue una lástima que Millonarios quedara a un solo punto del bono mayor (Millonarios tenía +15 en goles, y Nacional +13) porque fue la bonificación la que terminó definiendo el título, pero para ello pesaron demasiado los 8 puntos perdidos en septiembre por la racha de lesiones (y por supuesto, el descarado apoyo de la comisión arbitral a Nacional en el primer torneo, sancionando a varios titulares de Millonarios)… hasta el día de hoy no tengo ninguna duda de algo: sin la inoportuna y lamentable lesión de Óscar Fernando Cortés (de la que realmente nunca regresaría, porque nunca recuperó el nivel superlativo que tuvo en Millonarios de 1990 a 1994) Millonarios hubiera sido campeón en 1994. Demasiados factores se unieron para impedirlo, pero la lucha de esa plantilla en semifinales y finales para alcanzar la corona a pesar de todo es digna de elogio, y de la historia de Millonarios.

Antes de iniciar los cuadrangulares, los equipos clasificados se reforzaron con jugadores de los equipos eliminados (aprovechando la reglamentación de la época) y por ello América contrató al goleador del año, el exMillonarios Rubén Darío Hernández (que había militado en DIM y Pereira en el año), y Nacional al segundo goleador del año, Alex Comas (que había militado en Quindío). Millonarios no tenía recursos para contratar, pero tuvo un refuerzo de lujo proveniente de sus propias reservas: John Mario Ramírez, que sería determinante en las finales.

 Cuadrangular semifinal

El cuadrangular semifinal se perfilaba como un gran desafío para Millonarios debido a que jamás había superado esa instancia desde la instalación de ese sistema de dos cuadrangulares semifinales y un cuadrangular final. Millonarios quedó alineado en el grupo B con América, Junior y Once Caldas, con la gran ventaja de la mayor bonificación sobre sus rivales.

Millonarios inició con pie derecho derrotando 2-0 al campeón defensor Junior en el Campín (León y Bonner). En la segunda fecha el técnico Popovic se equivocó al dejar en la banca a John Mario Ramírez para buscar más marca ante América en el Pascual Guerrero, y cuando quiso rectificar ya estaba 2-0 abajo. Finalmente, en un partidazo, Millonarios caería por 3-2 (dos goles de Rendón de penal). Sin embargo, el equipo azul se recuperaría al derrotar en Manizales a Once Caldas por 3-0 (León, Maturana y Morales), lo que unido a los otros resultados dejó a Millonarios a un paso de la final.

En la fecha 4 Millonarios derrotó a Once Caldas nuevamente por 3-0 en el Campín (León, Maturana y Rendón) alcanzando matemáticamente la clasificación para la última ronda después de 5 años (en el torneo suspendido de 1989) y uniendo a toda la hinchada detrás del sueño de la estrella 14. Ya con la clasificación asegurada, Millonarios enfrentó con nómina mixta los dos últimos partidos del grupo, cayendo 3-2 ante Junior en Barranquilla (J.M. Ramírez y Maturana) y 2-1 ante América en el Campín (Rendón de penal).

Cuadrangular final

En la finales de 1994 Millonarios se enfrentó a Nacional, América de Cali y DIM, teniendo la segunda mayor bonificación como ítem de desempate. El primer partido enfrentó en el Campín a un Millonarios que apeló al talento de Rendón y Ramírez para ganar el partido, contra un Nacional que apeló al juego malintencionado de Serna, Comas y Foronda para arañar un punto. Los goles de John Mario Ramírez y Carlos Rendón, de penal, se veían contrarrestados por los de Serna y Comas (el cual hizo repetidos cortes de manga y gestos obscenos a la tribuna occidental en su celebración, que por supuesto no fueron sancionados por la comisión arbitral con el mismo rigor de las protestas azules en Neiva en el primer torneo), cuando en el minuto 85 John Mario Ramírez filtró un balón hacia Freddy León, el cual lo envió al segundo palo para la aparición solitaria de Armando “Piripi” Osma, quien anotó un gol decisivo para la victoria 3-2.

 

En la segunda fecha Millonarios caería por 1-0 en la ciudad de Cali ante América, en un duelo muy cerrado. Ya en la tercera, para cerrar la primera vuelta, Millonarios recibía en el Campín al DIM de García, plagado de jugadores azules como el “Pájaro” Juárez. El técnico García, ansioso por derrotar a Millonarios, no alineó ante los azules a ninguno de los jugadores con vínculo con Millonarios (ni el “Pájaro”, ni Pimentel, ni Conde) y se la jugó solo con los jugadores antioqueños. Otro aspecto destacado de este duelo era que Millonarios acumulaba 99 goles en el campeonato, y se tejían apuestas sobre quien marcaría el simbólico gol 100. Este pareció que no llegaba por 83 interminables minutos en que Luis Barbat y su defensa sacaron todo… hasta que entró de la banca el ídolo, el interminable Arnoldo Iguarán, quien a sus 37 años escribió otra página gloriosa en su historia con Millonarios haciéndose acreedor a ese gol 100, y sellando ese 1-0 trabajado.

Ya en la segunda vuelta Millonarios arrancó un valioso empate a un gol ante el DIM (de nuevo sin jugadores con pasado azul) con una anotación de Carlos Rendón. Después, en la fecha 5, caería 2-1 ante Nacional en Medellín (gol de Freddy León) en un partido en que Millonarios mereció largamente el empate, lo que reconoció el mismo Juan José Peláez, técnico verde, quien afirmó que en los últimos 20 minutos se limitó a sentarse en el banquillo y rezar porque pasaran los minutos porque no tenía más recursos para recuperar el control del partido. Con esta derrota, Millonarios y Nacional llegaban con 5 puntos a la fecha final, contra 7 de América y 3 de DIM, ya eliminado de toda posibilidad. América sería campeón solamente empatando en el Campín, mientras Millonarios tenía que ganar para ir a Copa Libertadores y esperar al menos un empate de DIM (ahora si encabezado por el “Pájaro” Juárez) para ser campeón.

Los hinchas escarlatas llegaron al Campín seguros de su título, ya que solo requerían un empate, y en el historial del año habían derrotado a Millonarios 5 veces, por un empate y una sola victoria azul. Sin embargo, Millonarios estaba determinado a ganar el partido final, el que más valía, el importante. Por eso, desde los dos minutos se puso en ventaja con un cabezazo de Osman López, y ya en el segundo tiempo estiró la cuenta con tantos de Orlando Maturana y Carlos Rendón, mientras Rubén Darío Hernández descontaba para América y ganaba el título de goleador del año. Lamentablemente, Juan Pablo Ángel marcó para Nacional en Medellín, y el título que Millonarios tuvo en el bolsillo por 75 minutos se alejó, a pesar de que el DIM, liderado por Juárez, Pimentel y Conde, empujó a Nacional contra su arco: al “Pájaro” le estalló un balón en el palo, y por dos veces el juez anuló el gol del empate del DIM, que le hubiera dado el título a Millonarios, uno de los cuáles era dudoso pero el otro era lícito.

 

Lamentablemente, Millonarios no alcanzó a imponerse por el tema de la bonificación a un equipo que fue ampliamente favorecido a lo largo del año (para sumar la máxima bonificación primero, para evitar el empate de su rival de patio después, lo que hubiera hecho inútil esa bonificación), pero la labor honesta y efectiva de Popovic y sus dirigidos fue desde todo punto de vista digna y rescatable, y por eso la gran celebración que se presentó en el Campín, con el mismo técnico Serbio corriendo desde occidental hasta oriental para celebrar con sus hinchas la misión cumplida con el regreso del cuadro más importante del país a la Copa Libertadores. Fueron 105 fantásticos goles (25 de Carlos Rendón, 20 de Arnoldo Iguarán, 15 de Freddy León, 12 de Orlando Maturana, 9 de “Piripi” Osma, 7 de Bonner Mosquera, 5 de Edison Domínguez, 2 de Harold Morales y Harry Castillo, y 1 de John Mario Ramírez, Orlando Rojas, John “Pocillo” Díaz, Osman López, Juan Reyes, Alan Valderrama, y Marcelo Benítez, más un autogol) que dejaron la marca de un equipo con vocación ofensiva.

El equipo de Popovic ganó un lugar en la historia azul a pesar de no sumar la corona (uniéndose en esta causa a los conjuntos de Vivalda, Funes, Carrizo y Converti, entre otros) porque despertó y volvió a llenar de ilusión a la hinchada más grande del país, dejando patente una verdad que finalmente, varios lustros después, parece haberse cristalizado: El gigante no estaba muerto sino dormido, y solo era cuestión de tiempo para que despertara y pusiera las cosas en su sitio. Popovic y Prince dieron los primeros pasos para esto con sus excelentes campañas de 1994 y 1996 (la cuál pronto tendrá su entrada), y por eso merecen eterno y agradecido recuerdo por parte de la hinchada azul.

JEAN ALEXANDER PULIDO