El estadio es el lugar donde el fútbol toma cuerpo, toma vida. Ahí es donde se entiende que es mucho más que un deporte, que no solo consiste en el frío juego de pases y esquemas. El fútbol es el deporte que más necesita de la hinchada para tomar fuerza, para hacerse posible, no porque sin público no se pueda jugar, es porque sin él es mudo pues es muy teatral, necesita del aplauso, del asombro de los espectadores en cada filigrana, en cada desborde, del estadillo en el gol.

Entonces el lugar para vivir a Millonarios es el Campin, no un bar donde esté el partido, ni su casa. El punto de ser hincha de un equipo es identificarse con él en todos los niveles, no se puede entender a Millonarios si no se nace y se muere con él en todos los partidos. Se comprenden los procesos cuando uno los ve antes sus ojos tomar lugar.

Es válido, la economía de cada quien, la distancia, lo que sea que pueda separar al embajador del estadio; son circunstancias propias de la vida, pero a lo que voy es que la experiencia de ir regularmente al estadio es un muy distinta a ir en momentos, como cuartos de final o los clásicos. Ver un partido el miércoles a las 8:00 de la noche es muy distinto a un clásico un domingo a las 5:00 de la tarde; el del miércoles requiere todavía más aliento porque son pocos los que están dispuesto a soportar los fríos vientos bogotanos después de un día de estudio o trabajo, se alienta con todo porque tanto jugadores como hinchas estamos en esa comunión que es la rutina.

Vayan al estadio, vean a sus jugadores, así de pronto los tratemos más como seres humanos que como máquinas dedicadas a entretenernos. Síganlo siempre que puedan y entenderán que ganar campeonatos cuesta, porque la constancia cuesta muchísimo. Cuando escuchen lo que la televisión silencia se hace más evidente que este deporte todo se trata de códigos, de lealtad.

No puede existir un hincha sin el estadio, de alguna manera es vacío, como una voz que se pierde en la soledad de una linda habitación para ver televisión. Es una voz desubicada en el mismo espacio geográfico, debe estar reunida con el resto de sus similares para valer, para contar, para alentar; es un alma que solo vaga por los rincones de su casa o de los bares.

Es momento que la hinchada vuelva al estadio, que los embajadores dejen ese divorcio con el Campín, necesitamos volver a llenarlo para convertirlo en un fortín. Deben volver a existir todos alrededor del Campín, ese es el lugar de los hinchas de Millonarios, nacen para estar allí.

Volver a cantar, volver a llenar el estadio de ese azul profundo que lo abarca todo, volver a ser felices cantando al lado de los demás hinchas. No hay nada como alentar cada vez que juega el equipo. Son afortunados los que pueden ponerle el pecho a la brisa todas las fechas pues ellos sí entienden lo que significa amar a este equipo.

Valentina Cadosch.

@Cadosch12