Decidí lavar las prendas que tengo de Millonarios. Algunas no estaban sucias, pero, son de esos ritos que nosotros lo hinchas hacemos con la fe que nunca se pierde y por el amor a un escudo. Hace poco leía sobre las pasiones. No recuerdo si lo vi en Twitter o lo escuché de alguien una frase que afirmaba que madurar era no entregarle nuestro estado de ánimo a un equipo de fútbol.

Cuando estaba en el proceso de la maestría recordé una frase que impactó a mis compañeros de clase: “Más allá de temerle a la muerte, lo que más me genera tristeza es que no podré volver a escuchar a Alejandro Durán ni podré ver a Millonarios de nuevo”.

Todos tenemos pasiones. En mi caso, tengo varias, pero hay dos que son particularmente importantes; el fútbol y el vallenato. Siempre he dicho que nuestras pasiones están fuertemente ligadas a lo emocional y le damos el poder de manejar precisamente nuestras emociones; ira, tristeza, felicidad, frustración, etc.

Entonces me pregunto ¿Madurar es renunciar a nuestras pasiones? Para mí la respuesta es simple: NO. Defender las pasiones es entender que es algo que nos da vida, que nos saca de la rutina del nacer, crecer y morir y que nos hace creer que el más allá de la eternidad está aún lejos de llegar.

Siempre me mantengo en decir que entender a un hincha es complicado., pero he tenido la fortuna de contar con personas que me han apoyado en mis pasiones, así estas parecieran que me llevaran a la nada.

Y si alguien entiende de nuestras pasiones son aquellas personas que están cerca de nosotros, que nos conocen, que sufren con nuestro sufrimiento y nos apoyan a pesar de la locura de las ideas. Por esto es por lo que recuerdo que luego de perder la final con el Tolima mi mamá me consolaba en sus brazos. No le gusta mucho que vaya al estadio, más sin embargo siempre me desea lo mejor cada vez que salgo al Campín y entiende que Millonarios es algo muy importante en mi vida. O tantos amigos que de hecho denigran del vallenato y me compraron el libro inspirado en esta música.

Mi invitación es a no renunciar a las pasiones. Hablamos de madurar, crecer y todo eso, pero, para mí, crecer es simplemente estar más cerca de la muerte. Por eso me dolieron las declaraciones del capitán. Recordaba cuando en el colegio ahorraba las onces para completar lo de la boleta y el bus o en tiempos de desempleo recurrir a los ahorros para comprar el abono. Todos, de otra forma, hacemos esfuerzos para ir al estadio para alentar, disfrutar, reír, llorar, sufrir y tantas emociones que desborda el fútbol.

Esa es tal vez la razón de lavar todas mis prendas de Millonarios. Necesitamos sacudirnos, buscar en nuestra cabeza y alma la fuerza para salir adelante y vencer los fantasmas que hoy nos tienen en una situación compleja. Porque así son las pasiones, irracionales, hacen doler la cabeza, pero ahí estamos nosotros, para defenderlas y, sobre todo, disfrutarlas a pesar de cualquier situación.

Defiendan sus pasiones y sobre todo disfrútenlas, ahí está la vida. Por eso te defiendo y te acompañaré querido Millonarios.

Gustavo Caraballo

@padrinogacm