Millonarios ha tenido jugadores inmortales. Capitanes ha tenido muchísimos, unos más recordados que otros, pero llevar el estandarte de un equipo tan grande es un reto que no es para cualquiera, que debe llevarse en unos hombros maduros y capaces. Aunque todos los jugadores de la plantilla tienen responsabilidad, sobre el capitán reposa llevar a los hinchas, los símbolos de la ciudad y los colores de Millonarios como bandera todo el tiempo.

Andrés Cadavid se hizo con trabajo y dedicación merecedor del honor. Demostró que sentía a Millonarios en lo profundo de sí, guió a sus jugadores como lo haría un comandante con sus soldados y se ganó su respeto. Hizo que una hinchada que lo resistió, se enamorara de su compromiso, de ser siempre el primero en la línea, preparado para la lucha.

Ahora la gloriosa banda le corresponde a usted, un joven que como su antecesor, se ha ganado todo a pulso, porque nada le ha sido otorgado con facilidad. Después de un año en el que una pubalgia lo sacó de las canchas, con dedicación se recuperó antes de lo previsto. Ahora es capitán. Debe saber que el reto es mayúsculo, es difícil ser el bastión de un equipo tan grande como lo es este. Pero lejos de lo deportivo, le pido que, como hijo de esta ciudad, lleve estos colores en lo profundo de su corazón, le pido que se enamore de este escudo, que aprenda a ver el amanecer azul como nosotros y represente a su ciudad de la mejor forma que pueda.

Que recuerde en todas las canchas que vaya, que no lleva solo su ilusión sino que lleva la de millones que estaremos con el corazón en la mano, esperando que nuestros guerreros lo dejen todo. No le pido solo la banalidad de la victoria, le pido que usted y sus compañeros de batalla, logren entender lo que llevan en el pecho, le pido que ame esta institución, le pido que la derrota le duela tanto como nos duele a nosotros, pero sobre todo, le pido que sueñe como embajador, siempre en tonalidades de azul.

Cuando las piernas le ardan y el pecho se le ahogue, recuerde que tiene un mar azul dispuesto a estar siempre con usted, conviértase en el ídolo que todos esperamos de usted; conviértase en el bastión de fortaleza que necesitamos y, cuando las sobras del fracaso nos intenten asustar, sea usted el encargado de ahuyentar los fantasmas. Capitán, si llegamos a fallar, cuente con nuestro apoyo, ese que ya se ha ganado corriendo cada pelota, con cada barrida. Ya tiene un lugar en nuestro corazón por tanta lucha, pero esperamos de usted, que sea ese ídolo bogotano que entiende lo que es haber nacido bajo este suelo.

No le deseo más que levante muchas copas y nos lleve al lugar de la historia que merecemos, que usted merece. Se que la tarea es titánica, sé que su lucha no se negocia y sepa que cada gota de sudor vale la pena para darle alegría a un pueblo azul que se la merece.

Capitán déjelo todo en la cancha y nosotros haremos que su nombre sea inmortal.

Valentina Cadosch

@Cadosch12