Siempre al comienzo de una liga queremos ver nuevas cosas de nuestro equipo, desde una nueva camiseta, los refuerzos, si hay un nuevo cuerpo técnico ver su idea, analizar que cosas nuevas se van implementar en la nueva temporada. Muchas de estas cosas aún no las vemos, otras, como los refuerzos, parece que no llegarán y algunas más las veremos en los siguientes partidos. Sin embargo, ayer en Pasto vimos algo nuevo que me llena de emoción: se defendió el resultado ganador de mejor manera.
El profesor Gamero nos acostumbró un poco al sufrimiento. Millonarios conseguía irse arriba en el marcador y el plan era retroceder demasiado, pelotear de punta para arriba y en velocidad y transiciones rápidas buscar un gol más. Esa estrategia sirvió en varios partidos a costa de nuestros nervios y un desgaste físico terrible por correr detrás del balón.
En Pasto la cosa fue muy diferente luego del gol de Émerson Rivaldo. Cuando esperábamos que el bus se iba a parquear, Millonarios siguió presionando arriba. Las líneas se hicieron más cortas y se pararon más arriba intentando recuperar adelante y no ceder el terreno. Tuvimos un par de momentos de posesión que permitieron al equipo respirar y no sentirse en un parto por los tres puntos. Bien hecho profesor Gamero.
Ahora el reto es mantenerlo, que sea impronta de Millonarios para este semestre, que los jugadores tengan la concentración para ejecutarlos de buena manera en los partidos venideros. También, tal vez lo más importante y complicado, es que lo hagan ante rivales mucho más complicados y en partidos más decisivos. La mejor forma para no sufrir los partidos es anotar más goles si se puede y mantener el balón lejos del rival.
Buen comienzo y con cambios que agradan. Ahora a debutar en casa de la mejor manera con el Quindío.
@maugor