Una de las razones por las que explican que el fútbol es el deporte más bonito del mundo es que las diferencias económicas, físicas, del clima y hasta de ánimos, se pueden recortar por completo por 90 minutos. Hemos visto tantas épicas que, ante el rival más encopetado, nuestros sueños no se eclipsan. Sin embargo, los fuegos artificiales de los triunfos heroicos, nos encadelillan de la cruda verdad: la mayoría de las veces el más fuerte saca los tres puntos del terreno de juego.

Anoche vimos que los 100 millones de euros de diferencia entre Millonarios y Mineiro, pesaron por varios tramos del juego en el Campín y, aunque la entereza y trabajo de Millonarios pusieron en calzas prietas a Mineiro, las condiciones individuales de los galos son innegables. El desequilibrio, el orden y concentración, su velocidad y la sensibilidad del brasileño al tocar marcaron mucho la diferencia sobre todo en los duelos individuales.

Crónica Millonarios 1 Atlético Mineiro 1

Los detalles que cuestan partidos también se minimizan con jugadores de alto nivel. Anoche el gran Juan Pablo Vargas que había tenido un partido casi perfecto, erró en par de jugadas y una de ellas costó el gol. La toma de decisiones en ataque fue mejor para el Atlético Mineiro que aprovechó mejor los espacios y en dónde apuntar la bola, marcar el espacio o hacer el pase definitivo.

¿Entonces que nos queda? Doblar los mismos esfuerzos que hicieron que Millonarios se fuera arriba en el marcador, que Montero tenga esa misma capacidad de ganar puntos, que todos erren menos balones en el tercer cuarto de cancha; Millonarios debe apostar a tratar de tener la mayo cantidad del tiempo el balón para que ellos tengan menos chance de hacer daño con la pelota.

Nadie pude afirmar que Millonarios fue menos a la tarea de jugarle mano a Mineiro o que la vuelta en el Mineirao será tramite para los galos. A nosotros como hinchas nos obedece creer que llenaremos una vez más esas páginas que alimentan las épicas del deporte más lindo del mundo.

@maugor