La ruta de los sacrificios.
Hoy en día, hay algunos hinchas que quieren todo fácil, no son conscientes de lo que cuesta la gloria, de lo que cuesta la victoria, el sacrificio que implica levantar una copa. Y no hablo únicamente de la disciplina física de los jugadores, hablo de lo que comprende ser hincha de un equipo de fútbol, ser hincha embajador.
Muchos hinchas son tan sencillos que todo lo quieren ya; este es el peor mal del fútbol moderno, esa inmediatez, cuando el equipo se encuentra en un bache todos abandonan el barco ¿acaso la copa no implica esos momentos de frustración? Esto amigos míos es lo que cuesta levantar ese metal, lagrimas, impotencia, momentos felices, pero hoy en día los hinchas no soportan esto y no es únicamente las generaciones que nacieron en ese fútbol líquido, también las que vieron el fútbol de ayer, se pierden unos cuantos partidos y hay que salir a destrozarlo todo, ya no soportamos, ya no hay resistencia, eso era el aguante, la posibilidad de recibir golpes y aguantar pero con más aliento, no puteando jugadores con dos títulos en 60 días.
Los hinchas embajadores tienen que entender que tendremos altibajos, momentos de desesperación, no es jugar a que todo nos gusta. A todos nos duele perder porque todos queremos ver estos colores en la cima del mundo, sabemos perfectamente todo lo que pesa este escudo, esta historia y eso hay que honrarlo, pero la molestia no puede ser tratar entrar a la cancha; no podemos repetir todas las veces que algo nos perturbe ese acto tan supremamente inmaduro. Si queremos que respeten el escudo empecemos nosotros por respetarlo.
Esto es ser hincha es alentar hasta morir, apoyar a los jugadores por más que ninguno pueda hacer un centro decente en 45 minutos. La crítica esta bien, solo que cuando le griten vituperios traten de acordarse de que esos jugadores también quieren esta institución, lo han demostrado, y que no podemos jugar más a desgastar sus mentes; porque el tema aquí es de cabeza, es evidente.
Yo no le pido a la hinchada que aplauda un mal pase, un pésimo centro, una horrenda definición, a mi también me disgusta, porque desde la objetividad, la puteada es folclor en el fútbol; el abandono es cobardía, aquellos que dicen que no vuelven, no es ser objetivos y ser exigentes es decirle al equipo que se vale solo si gana y el resto del tiempo ¿no son hinchas?
Los hinchas fieles no son conformistas son los más exigentes, porque ellos soportan los malos tragos con esos jugadores para levantarlos, saben lo que cuestan las cosas, se aguanta la lluvia, el frío, el calor, lo que sea por estar ahí fecha a fecha; lo que pasa es que cuando se va solo desde los cuartos de final, el costo no se ve, porque ya está pago por ellos.
Valentina Cadosch
@Cadosch12