Millonarios está otra vez en lo más alto de la tabla de posiciones, se juega bien a la pelota, al frente en todas las canchas y el tema del gol parecer ir solucionándose partido tras partido. Sin embargo, el ánimo de un buen sector de los hinchas no parecer llenarse de ilusión, alegría o euforia, sin más de una desesperanza que en cuadrangulares las cosas pasaran como los últimos torneos donde el equipo no llega a la gran final.
Puede que los hechos estén ahí para tener ese aburrimiento, que el equipo ha sido uno en el todos contra todos y otro en los momentos claves de las finales, que los goles se han escabullido cuando más se han necesitado, pero no es justo darse el garrote de la derrota anticipada solo por hacer las cosas que deberían ser una costumbre inapelable de Millonarios en cada liga.
Muchos han olvidado o tal vez no lo vivieron suficiente, cómo Millonarios conseguía su clasificación, cuando lo hacía, a los cuadrangulares finales. Hemos pasado de ser un equipo que clasificaba ocasionalmente a los ocho, muchas de esas sufriendo hasta las últimas fechas, a ser otro que clasifica en la mayoría de las veces, y transformarse ahora a ser el que clasifica primero, jugando bien y peleando la parte alta de la tabla para asegurar torneo internacional.
Los caminos tortuosos de antes, llenos de nóminas que no duraban más de un año, con jugadores sin sentido de pertenencia, otros queriéndose poner la chapa de ídolo en los micrófonos para luego ser unos congeladores en canchas como la de Medellín, y sin una cantera constante, a tener hoy una nómina competitiva, jugadores comprometidos a darnos el título que deseamos y los “pelaos” ganando, goleando, gustando e ilusionando en su torneo nacional.
Yo vi a equipos de Millonarios salir a colgarse de los palos en el Campín en clásicos y partidos definitivos. Equipos sin orden táctico, con más chispazos individuales que una idea de juego clara, con una inseguridad ramplante donde los buenos partidos eran mínimos. Alberto Gamero ha logrado darle la mentalidad y el juego de un equipo grande a Millonarios, lo que su historia exige, lo que los hinchas de Millonarios necesitamos de su equipo.
Está claro que falta redondear la faena con un campeonato. Gamero y jugadores saben que este torneo tiene que marcar el punto de inflexión para conseguir la estrella 16 y porque no también el título de la Copa Betplay: sin finales es muy probable que este proceso cambie de timonel. Pero esta certeza no debe hacer que no nos gocemos este camino.
Ya llegará el día donde definiremos si esa desesperanza era una certeza o si el fútbol le devolverá a Millonarios un tris de justicia y suerte que le han faltado en los torneos pasados. Increíble que haya que recalcarlo, pero siempre será mejor ganar, gustar, ser líderes, que estar abajo usando la calculadora y la camándula para clasificar.
@maugor