Amadeo como todo arquero, inició siendo delantero. Soñaba con marcar muchos goles, tal vez por eso siempre fue diferente y, sobre todo, un innovador de su puesto.
Y es que desde sus primeros años en la famosísima “Máquina de River”, ya salía jugando fuera del área. Era imposible no hacerlo con tanto crack en aquel equipo, alguna gambeta debía regalarse el mismo y al público; como él decía “era un recurso de una técnica futbolística que yo noté que ya iba teniendo de chico, porque me gustó siempre ser delantero, salir a gambetea, rechazar con el píe, con la cabeza”. Durante un clásico hasta se animó a gambetear al ídolo de Boca, Pepino Borello.
Fue el primer portero en usar guantes y en cortar centros con una sola mano. Y como buen delantero, quiso cobrar algún penal, pero sus técnicos Mínella y Cesarini jamás se lo permitieron, solo se pudo dar ese gusto jugando para Millonarios tras 24 años defendiendo la portería de su querido River Plate.
Carrizo llegaría a Millonarios en mayo de 1969 por un contrato inicial de seis meses, tras la propuesta de don Alfonso Senior y, con el transcurrir de los partidos, su figura se fue haciendo inmensa al punto de ser él, en gran medida, el responsable de que el equipo llegara a disputar el triangular final junto al Deportivo Cali y el América. Por su buena campaña, se le renovaría el contrato para el torneo de 1970. Tras vencer al Pereira en condición de visitante 1-4 y al América en el Campín 2-0, Millonarios viajaría a la ciudad de Santa Marta para enfrentarse al difícil Unión Magdalena, que había salido campeón del torneo en 1968 y peleado hasta las últimas fechas el torneo del año anterior.
El domingo 15 de febrero ante 5.480 espectadores, el Unión se iría arriba en el marcador al minuto 36 del primer tiempo por intermedio de Arce tras pase magistral de Alfredo Arango, quien reaparecía en el equipo local. Sería un baldado de agua fría para un Millonarios que venía haciendo un gran partido.
El segundo tiempo sería de completo dominio embajador, pero sin lograr vencer el arco defendido por Deluque, quien se iba convirtiendo rápidamente en la gran figura del compromiso. Y en el minuto final, el árbitro Óscar Gómez pitaría un tiro libre a favor de Millonarios luego de una falta sobre Alejandro Brand. Ahí es cuando Amadeo Carrizo atravesó todo el campo de juego para pedir cobrar aquella falta. Se animó y el balón logró sobrepasar la barrera y sería rechazada por Deluque quien atajó en dos tiempos.
En el libro de Diego Borinsky “Grandes Reportajes a Ídolos de River” tras la pregunta “Pateando tiros libres le ganó de mano a Chilavert” el gran Amadeo respondería: “Lo hice una sola vez, ya en Millonarios de Colombia contra Unión Magdalena. Íbamos perdiendo y era el último minuto, entonces fui a pegarle. Los tipos habrán pensado: “Este se las sabe todas”, y me armaron una barrera con todos, ya no vi más el arco. Le metí un chanfle y le pegó al arquero. Me animé hacerlo porque terminaba el partido”.
Amadeo Carrizo dejaría en su paso por Colombia, el récord de ser el primer portero en animarse a cobrar un tiro libre, un camino que el gran Luis Delgado, supo recorrer con total éxito.
*Fotos cortesía de Gustavo Eloy Cardone
Por Diego Caldas (@Bogotanoazul)