Todos sabemos lo controvertida que fue la llegada del capitán y gran bastión de la estrella 15. Todo empezó en aquel clásico con América de Cali en el 2011, día en el que Andrés Felipe Cadavid empezó a escribir su historia en Millonarios, al dejar por fuera de las canchas por una fuerte jugada al uruguayo José Luis Tancredi; después su llegada a la defensa de Millos para el año 2013 tras su paso por Envigado y el fútbol mexicano. Nadie imaginó que unos años después entraría en el corazón de su “Familia Azul”.
Ya vistiendo la camiseta de Millos, tuvo algunos momentos en el banco y otros con una buena actuación, tras ser dirigido por Lillo, Lunari, Israel y ahora el profe Miguel Ángel Russo. En los clásicos, tras destellos de jerarquía, entrega y compromiso con la camiseta, ha sido figura al marcarle su primer gol a Santa Fe y posteriormente en los clásicos del primer semestre y aquella noche inolvidable para nosotros que vivimos el domingo 17 de diciembre de 2017.
A pulso tuvo que aguantar las duras, cuando los días fueron difíciles y con mucho trabajo se fue consolidando en aquel bloque defensivo alternando con Román, Pedro y Henríquez, entre otros. Ya en la última campaña, fue con Matías de los Santos que se consolidó en la zaga y le devolvió esa solidez defensiva al equipo.
Un recuerdo como aquella semifinal perdida contra el rival de Medellín, en donde se le escapa el primer «madrazo» en cámaras, por la impotencia de perder un partido de manera injusta. Jugar con el tabique fracturado, usar el temperamento y juego de marca sólida, son apenas unos ejemplos de un jugador que se dio cuenta de lo que significa vestir la azul y tener la dignidad de portar la cinta de capitán. Al final, siendo campeón, gritando “qué alegría tan HP”.
Andrés lo supo y la verdad la hinchada azul le profesa mucha gratitud. Como hincha del más grande en mi humilde opinión, Cadavid nos enseñó que el cariño de la hinchada de Millos se corresponde con el corazón y los huevos. Gracias capitán, vamos por más.
Alejandro García Polanco
@alejoembajador