No se podía esperar más de Serpa y compañía. No acaban de sorprendernos con sus desaciertos para dirigir un club grande y ahora la sacan del estadio con el poco o nulo reconocimiento que le tienen al mejor futbolista colombiano del siglo pasado, Willington Ortiz, quien es hincha y ama a Millonarios. Aquel 26 de marzo de 1952, cuando Millos ganó su tercera estrella, Tumaco paría uno de sus huéspedes más ilustres quien derrochó magia y talento en todas las canchas que pisó. Creo que desde ese año hasta del día de hoy no hay gran diferencia en Tumaco, ya que no hemos tenido gobernantes que verdaderamente se preocupen por las personas que viven en estas ciudades portuarias como Buenaventura.

Gracias al “loco” Arroyave que lo trajo después de su paso por el equipo de Girardot, después de que los diablos rojos lo desecharon y cuando parecía que no podía llegar al profesionalismo por su corta estatura. Inolvidable sería el día en que el “Viejo Willy”, como le dicen cariñosamente, salió al profesionalismo con la camiseta azul y blanco que tanto nos enamora. Declarado fiel hincha de Millonarios que con el número siete hizo trizas las defensas adversarias y formó aquel tridente famoso, apodado el BOM, integrado por Brand, Ortiz y Morón: bienaventurados los que los disfrutaron, pues lograron dos títulos, dos subcampeonatos y las dos mejores participaciones en libertadores del azul, llegando a semifinales. Su ídolo, el otro grande de la historia azul, Delio “Maravilla” Gamboa.

Uno de sus goles más recordados en su carrera deportiva lo hace contra el gran River Plate de Fillol, Tarantini, Kempes y Pasarella, al “pato” lo dejo tendido a lo “pelusa” en el césped del Monumental; ahí ya vestía los colores del equipo verde caleño. Pasó a ese cuadro por una cifra record para aquella época, después de vestir la camiseta embajadora por casi dos lustros, porque Millos pasaba en ese momento por una crisis financiera, algo rarísimo porque acababa de salir campeón. Algún Ortiz de la época tendría que ver en eso.

Hace poco dio unas declaraciones muy acertadas, donde criticaba el desempeño de Millonarios, la pérdida de su historia, de su identidad. Quizás esa crítica hizo que el club de sus amores no lo haya felicitado en su día, cuando lo más importante para esa fecha fue el regalo de unas camisetas a un conocido youtuber español en las páginas del equipo de Serpa, porque lastimosamente nuestro conjunto está muy alejado de los verdaderos dueños, sus hinchas.

Parece que el tema va más a fondo. Esta leyenda del balompié criollo no ha podido pensionarse gracias a que los clubes en los que jugó, no hicieron los aportes a la seguridad social, por lo cual Willy demandó a Millonarios y a los dos equipos de la sultana del Valle. Los dos equipos caleños sí lo felicitaron, de pronto a Serpa no le gustaron sus declaraciones porque pareciera que nadie puede criticar su voz omnipotente como se vio en la Asamblea. ¿Será que Millos no puede sacar una camiseta conmemorativa al gran Willington Ortiz y con lo que se recoja, pagar algo de lo que se adeuda por la seguridad social, será que alguien que debutó en el Embajador y dejó tanta huella, no lo merece?

Sólo aprovechan las fotos y videos históricos para su mercadeo que es muy cuestionable. Sólo recuerdan las viejas épocas para tocar las fibras y vender sus mercancías, pero cuando deben responder por actos del pasado, sí hablan de un nuevo Millonarios: en la parte histórica del club también están rajados señor Camacho. Sino sabemos el peso del club que manejamos, no podremos buscar finales y títulos que es lo que merece esta hinchada descomunal. La historia de Millonarios es tan rica que el museo del Campín que tenemos queda muy pequeño para hablar de tantas hazañas que han hecho estos cracks, como Willington. Tantos nuevos talentos que en las playas descalzos sueñan con hacer historia en el Embajador y salir de la pobreza abrumadora que azota estas tierras.

Julio César Vargas López