Son demasiados los jugadores que han vestido esta camiseta, que han defendido sus colores. Unos que pasaron sin pena ni gloria, nombres que no recodaremos porque no hicieron ningún merito para inmortalizarse; no hablo solo de los títulos. Hay jugadores ganadores que no precisamente son queridos, otros no que no ganaron nada, pero la hinchada los respeta, les tiene cariño.

Ser respetado o no, es algo que va, para mi gusto, un poco más allá de cosechar títulos. No se puede ocultar que el futbolista no es un profesional, como cualquier otro, porque su industria son los sentimientos, no es un profesional como cualquiera, un ingeniero o un abogado, profesiones mucho más frías.

El futbolista juega con el amor, con la pasión de la hinchada de turno. Eso no quiere decir que jamás pueda irse de un club a otro si le ofrece una mejor oportunidad laboral; eso no solo seria estúpido e irreal, sino sumamente insensato. Pero el dilema es que hay formas de irse de club, y más irse de un club grande, de un club como Millonarios.

Los ídolos y cariños son personales y cada quien los vive a su manera, no hay una verdad absoluta. Aquí les comparto mi verdad, que puede ajustarse a su pensamiento:

1.    Esta rotundamente prohibido irse a Nacional.

Al menos no en el semestre inmediatamente siguiente, al acabar la temporada con el club embajador, al archirrival no se puede ir a parar tan rápido. En las toldas verdolagas es obvio que eso le asegurara un lugar privilegiado en la historia negra del club. Si usted hace eso espere con seguridad los vituperios en su próxima visita al Campín ¿verdad Blanco?

2.    En los sagrados mandamientos del fútbol esta: No partirás a jugar con el rival de patio.

Lo peor que un jugador embajador puede hacerle a la hinchada, a parte de jugar con la cuestionada verde, es defender los colores de Santa Fe. En el próximo clásico se verán y el futbol le cobra muy duro a los judas, se asegurará que en cada que toque el balón, será insultado. Si hace un gol en el clásico y lo grita a todo pulmón los insultos serán eternos, nunca se olvidará. ¿Cierto que sí Bedoya? ¿Algo que decir Rufay?

3.    Nunca, pero nunca, le gritarás un gol a Millonarios.

En la próxima visita al Campín, o cuando Millonarios viaje a las toldas de su actual equipo, juegue, hágalo bien, con entereza, con respeto, enfrentando a un equipo grande. Pero si por azares de la vida vence el arco azul, o lo hace un compañero suyo, nunca puede gritar a todo pulmón un gol, sea prudente, vuelva al juego sin mayor escándalo. Porque esta hinchada ni perdona ni olvida. ¿Qué dice Moreno? ¿Verdad Robayo?

4.    Tribunear la hinchada embajadora esta perpetuamente prohibido.

Así haya pasado casi sin ser recordado por la hinchada, nunca se puede ir a provocar a la hinchada del club que te dio una oportunidad, que te abrió su corazón, hay que ser respetuoso. No olvidar que defendiste sus colores. En un gol en contra no se demuestra tanto disgusto, en un gol a favor, no se rompa la garganta, en un tiro libre o de esquina, nunca haga señas a la tribuna. Si lo hace, nunca será perdonado. ¿Verdad Rangel?

5.    Siempre responder al cariño embajador

Si su paso marcó a la hinchada, si lo quiso por como usted defendió sus colores, mándeles mensajes de vez en cuando, cuando le va bien al equipo, cuando queda campeón; recuerde su paso y vera que esta hinchada siempre lo va querer porque cuando este equipo te toca, nunca te suelta. Va para ti Román Torres, para ti viejo querido Candelo, para el joven que le falta volver a ser campeón, Fernando Uribe. La lista es interminable.

@Cadosch12