En un equipo como el nuestro es normal que después que se presenten tres derrotas consecutivas, se pierda la calma, se saquen conclusiones apresuradas, como que los jugadores no sudan la camiseta, el cuerpo técnico se debe ir, es culpa del presidente por no invertir “de verdad”.

En fin, todos análisis simples. Para empezar, es evidente que estos jugadores sudan la camiseta, sin embargo, sí que es cierto que hacen falta argumentos técnicos, y la mano de Russo, para todos es muy evidente que la presencia del argentino nos está haciendo falta. Este equipo lo creo él, así que él mismo sabe cómo sacarlo a flote y por más que Gottardi tenga experiencia pues simplemente no es Russo.

Pero reconocer eso no implica que nos debamos deshacer del cuerpo técnico por la situación que esta atravesando Miguel Ángel, eso fuera que es inhumano, no es lo que se necesita para componer el camino. Lo que se necesita es conciencia y trabajo, empezar a ver los errores y corregir, esfuerzo, entrenamiento, y mucho fundamento técnico; construir ese estilo de juego de Russo, pero donde entren estas nuevas fichas de la mejor manera; trabajar la mentalidad en los momentos de crisis pues últimamente lucen como un manojo de nervios ante un resultado adverso.

Sacar al cuerpo técnico sería desastroso pues aportaría más inestabilidad al momento, sumado a que destrozaría un proceso exitoso de un año; si recuerdan en años pasados eso es lo que más perjudicaba a Millonarios, la falta de un proceso, de un cuerpo técnico, de un estilo de juego.

También hay que entender que no somos el Real Madrid y que no todos los partidos, ni todos los campeonatos los vamos a ganar; esto no es conformismo, es realidad, en este tipo de circunstancias, de crisis, son propias de un momento anímico duro para la institución, ver a su cabeza, a su líder, pasando por una enfermedad.

No trato de excusar a los jugadores, pues tampoco han puesto de su parte para mejorar la situación, a pesar de no bajar los brazos aún perdiendo, no todo es corazón también hay que pararse a pensar un minuto, para hacer un pase, un centro, un remate; porque las ganas y el amor les esta jugando en contra, restándoles juicio en pasajes desafortunados. La suerte también parece que nos ha abandonado, los errores arbitrales, que la pelota no entre, a pesar de que a veces lo intentamos hemos tenido noches desastrosas.

En conclusión, no podemos destrozar nada por los malos resultados, no podemos acabar con el cuerpo técnico en un momento así. Por ahora queda sacudirse el polvo y tratar de recomponer el camino, en casa donde llegamos muy heridos, pero recuerden que Miguelito dijo “Todo se cura con amor”, a curarnos.

Valentina Cadosch

@Cadosch12