Cuando el 11 de junio, a eso de las 21:30hrs, un impresentable Luis Sánchez marcaba el final de la semifinal entre nacional y Millonarios, más allá de la tristeza, la desazón y el desconcierto de un partido y una serie insólita, empañada por la acostumbrada corrupción de la historia verde y blanco, la sed de revancha se apoderó de mi cuerpo. Una revancha impaciente que pasados casi 6 meses está por llegar. No por el rival, no por las circunstancias. Sí por nuestras necesidades, sí por nuestra historia.

Pasados 6 meses de aquella serie, las circunstancias tienen a Millonarios a un punto de ser cabeza de serie y en cupo de Copa Libertadores por reclasificación. En estos 6 meses hemos vivido de todo, lo bueno: tras un arranque flojísimo, repuntamos en liga y reclasificación. Lo malo: se fue Déiver, no ganamos un clásico, nos quedamos fuera de la copa, sanciones, lesiones, etc. Un camino estrepitoso que, gracias a dios, hemos venido recomponiendo y hoy nos tiene aportas de nuevamente disputar las finales, con una consigna clara, Millonarios: AHORA O NUNCA.

Es AHORA O NUNCA, donde debemos aprovechar el flojo momento futbolístico de los demás y poner nuestro nombre en la baraja de candidatos, con argumentos. Es AHORA O NUNCA donde hay que dejar las dudas y los miedos en la casa. Es AHORA O NUNCA donde hay que armarse de rebeldía y coraje para soñar con el campeonato. Millonarios: es este semestre, es esta liga, es AHORA O NUNCA.

Ya pasaron 6 meses de aquella semifinal que nos dolió, nos llenó de rabia y nos ha hecho desear una revancha, tanto a hinchas como jugadores. Transformen ese dolor y todo lo que nos ha tocado vivir en estos meses y en estos años en un escudo para lo que viene. Ese dolor que muchas veces nos tocó el alma, nos sacó lágrimas y nos golpeó el orgullo, conviértanlo en motivación, para que esta vez lo que nos toque el alma sea la gloria, que lo que nos saque lágrimas sea ver a Millonarios bien y en el sitio que corresponde, que lo que nos golpee sean nuestras manos en el pecho cargado de orgullo.

Quiero ver 11 fieras, quiero ver sed de revancha, no quiero amiguismos con los rivales, quiero ver a mi equipo jugar con enjundia, carácter y determinación. Quiero 11 tipos que se jueguen una final cada partido. Quiero ver sangre…sangre en el ojo.

Quiero que aquellas lagrimas y desazón que tuvieron que vivir ese funesto 11 de junio, sea su motivación para cerrar un año con un brindis y una sonrisa. Háganlo por ustedes, sus familias, por aquellos que están lejos, por sus amigos, por nosotros, pero por sobre todas las cosas: por ese escudo que llevan en el pecho.

Es AHORA O NUNCA, Millonarios querido.

 

Oscar Álvarez

@srfarieta