Todos los viernes, LosMillonarios.Net abre un espacio para que los hinchas expresen su amor por Millonarios en palabras. Hoy Daniel Franco, desde el exterior, nos cuenta como es vivir a la distancia esta pasión azul. Bienvenidos.
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Aún recuerdo cuando tuve que irme de mi amada Bogotá hace 13 años. No llegaba a cumplir 10 años cuando me tuve que separar de mi ciudad natal y encaminarme a un nuevo destino, un nuevo hogar llamado Panamá. Fue algo durísimo, ya que me alejaba de mi familia y de muchas cosas que siempre he amado de Bogotá: El frío (ese que algunos huyen), la variedad de comidas que se puede encontrar en todo tipo de lugar, sus edificios, sus calles… y claro, Millonarios.
Uff… ¡El famoso embajador! La canción bien lo dice: ‘’La herencia que me dejó papá!’’. Para mí no hay nada que me represente más como bogotano que el escudo azul y blanco (con todo respeto para los leones), y alejarse de algo que a uno lo representa duele mucho. El hecho de no poder seguirlo como antes, de no escuchar a los Comandos o la Blue Rain en las tribunas, encontrarse lejos de las caras jóvenes y mayores expresando todo tipo de gestos dependiendo del resultado, y hasta las ‘palabrotas’ que nunca faltan en un partido de fútbol, es una sensación rara sin importar la edad.
Siempre agradezco que los avances tecnológicos han ayudado a conectarme no sólo con la familia, sino también a seguir todo movimiento que sucede en el Embajador. Y, como esto se trata de algo que uno realmente ama, podrán imaginarse lo difícil que es sufrir por algo estando a distancia. Lejos estuve para cuando Pecoso ganó más de 5 partidos consecutivos y luego fue el fiasco total, para cuando Quindío nos anotó 6, para cuando el descenso era nuestra pesadilla más cercana y el anhelo de nuestros rivales, cuando estuvimos a punto de desaparecer… pero así como cuando uno está adaptándose en su nuevo hogar y tiene la esperanza y la convicción que el día de mañana será uno diferente, así siempre lo fue con el azul.
Y lo digo con toda franqueza, para mi ¡Así ha sido!. Momentos como el de Millonarios en la Sudamericana del 2007 (como lloré con ese gol de Ciciliano a Sao Pablo), la atajada de Ciciliano en unos cuadrangulares vs Medellín, el gol de Robayo a Santa Fe aprovechando un tiró desviado de Delgado, Mayer anotando en la final de Copa Colombia… el grito desenfrenado y eufórico de la atajada de Luis Delgado para la 14.
Momentos que gritas con toda intensidad, no importa si en el edificio donde vives seas el único (junto a tu padre) que sepa que Millonarios acaba de ganar, o también (y pasa mucho) gente que no conoce el azul y a su historia, pero que cuando se te acercan y te ven con tu camiseta con su logo de PEPSI siempre te preguntan: ¿qué equipo es ese? ¿Ahí jugaba Román, no? ¿Por qué se llaman los Millonarios?
Esa frase de antaño que siempre nos advierte que ‘’Amor de lejos es amor de pendejos’’ para mi pierde vigencia cada vez que en mi mente me programo para ver un partido de Millos. El amor no debería conocer fronteras, y la distancia no debe ser nunca la excusa para olvidar un sentimiento. No dejas de trasnochar celebrando una victoria en un Clásico o de desvelarte porque el equipo pierde por penales (Ay Franquito), haces el cálculo de la tabla cada semana, buscas buenas fuentes en twitter y un sitio con buena señal cuando la TV internacional no permite que veas la fecha, y, por último, lo que es volver a país, a tu ciudad y entrar a un estadio solo teñido de azul y llorar de emoción al escuchar el himno de Bogotá cantado al unísono. Creo que eso solo lo provoca una pasión llamada Millonarios.
Hoy siento que el presente nos va sonriendo poco a poco, que Russo ha sido de los mejores técnicos que han podido aterrizar en Colombia, que me gusta creer que tendremos en Duque, Cadavid, Quiñones, Riascos, Sánchez, Machado y compañía un equipo para realmente soñar, y que la institución recuperará la forma que lo mantuvo como una escuadra sólida en todos sus departamentos y reconocida como la que tiene la mejor hinchada del país.
Desde Ciudad de Panamá, de la cuna hasta el cajón ¡Siempre con Millonarios, el más grande que hay en mi corazón!
Daniel Franco Ospina
Estoy finalizando carrera en Licenciatura de Comunicación Social en Universidad Católica Santa María la Antigua de Panamá. Actualmente, soy periodista y comentarista de RPC Radio (Grupo MEDCOM), y escribo artículos en mis cuentas personales tocando temas de fútbol internacional, y fútbol colombiano. Este es mi primer escrito referente a mi afición por el azul.
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