Llega una nueva edición del torneo de clubes más importante y antiguo del continente, la Copa Libertadores de América, y Millonarios, el equipo más representativo de Colombia estará presente una vez más. Esta será para la opinión general, la copa más atractiva, la más difícil, la más valiosa, en al menos 10 años, pues salvo San Lorenzo de Argentina, Sao Paulo de Brasil, Universidad Católica de Chile y Barcelona de Ecuador, participan todos los equipos grandes de cada país, por lo que la expectativa y la emoción de los medios y los hinchas del continente entero se encuentran en su punto máximo.
Después de cinco años Millonarios vuelve a jugar la Copa Libertadores como representante campeón de Colombia desde la fase de grupos. Y es que para el cuadro Embajador esta copa es la deuda más importante de su historia. Ya sea por los desafortunados resultados de los años 60 donde el equipo mostró buen fútbol, pero la suerte no lo acompañó, por la conocida “Rufinada” cuando en 1973 nos robaron el partido contra San Lorenzo y la posibilidad de pasar a la final, o por el famoso escándalo de 1989 en los cuartos contra el equipo verde Medellín, acostumbrado a influir negativamente en decisiones arbitrales con amenazas y acciones antideportivas, o por los penales de 1995 en cuartos de final contra el mismo equipo. Millonarios a pesar de su gran reconocimiento internacional construido con grandes equipos indelebles a la retina de propios y extraños, no ha podido levantar el máximo trofeo del fútbol sudamericano.
Sin embargo, si hay algo lindo del fútbol es que siempre te está dando revanchas. Esta vez, además de tener un buen plantel, comprometido con los colores y la afición, Millonarios también cuenta con un líder admirable, incansable, como Miguel Ángel Russo (quien conoce muy bien el torneo y ya lo ganó con Boca Juniors en 2007). Venimos de ganar la Liga Águila 2017-II en El Campín, pero con todo el estadio de rojo, y la Súper Liga 2018 en el Atanasio Girardot, contra el rival más odiado, y donde siempre dejamos la piel, pero nos faltó un par de minutos, un poco más de suerte, o simplemente que el árbitro no nos robara. Además de estas dos revanchas que acabamos de tener está también será una linda oportunidad de resarcir una vieja deuda con el equipo que más veces hemos enfrentado en la historia de esta competición: Independiente de Avellaneda.
Ambos equipos se han enfrentado en cuatro fases de grupos del certamen: en 1964, 1968, 1973 y 1979, dejando como resultado para el cuadro albiazul siete partidos jugados, tres ganados y cuatro perdidos. ¿Pero, por qué siete partidos y no ocho si nos encontramos en cuatro fases de grupos?
En la edición de 1964 cuando se llamaba Copa de Campeones, Millonarios, Independiente y Alianza Lima conformaron el Grupo 2 del torneo. Millonarios venció a Alianza Lima 3-2 en Bogotá, cayó en Argentina por 5-1, derrotó a Alianza Lima 2-1 (nuevamente en Bogotá, pues Alianza Lima no pudo jugar en su país debido a la tragedia del Estadio Nacional de Lima del 24 de mayo donde murieron más de 300 personas) y en la última fecha, el 8 de julio de 1964, con cuatro puntos esperaba en El Campín a Independiente de Avellaneda que sumaba cinco puntos. Si Millonarios vencía a Independiente, pasaba como ganador del grupo a la Semifinal. Sin embargo, Independiente no viajó a Bogotá y la Confederación Sudamericana de Fútbol multó al equipo argentino con 10.000 dólares y les dio el paso a la semifinal donde derrotaron al Santos de Brasil y se coronaron campeones venciendo a Nacional de Football Uruguay en la final.
¿Por qué no se presentó Independiente al partido en El Campín? El cuadro argentino aprovechó el conflicto interno del fútbol colombiano que estalló el 20 de junio de ese año entre la Adefútbol y la naciente Fedebol, para argumentar que Millonarios había sido desafiliado de la División Mayor del Fútbol Colombiano al formar parte de la Fedebol, pues únicamente la Adefútbol tenía reconocimiento internacional. Como dirían los mismos argentinos: Se cagaron.
Este año Millonarios disputará por decimoséptima (17) vez la Copa Libertadores de América, y casualmente nos enfrentaremos a Independiente el jueves 17 de mayo en El Campín, por la penúltima fecha del grupo, y en la última fecha visitaremos al Corinthians en Brasil, por lo que sería una oportunidad perfecta para asegurar nuestra clasificación y probablemente eliminar a los diablos de Avellaneda. No puedo negarlo, como “cabalero” fanático de Millonarios y el fútbol, me inquieto cuando veo ese 17, ese número tan querido por estos días en las toldas azules. Me emociono cuando pienso que cada vez que Millonarios contó con un venezolano en sus filas, consiguió algún título: Rafael Dudamel (2001), Richard Páez y Alejandro Cíchero (2011), Jacobo Kouffati (2017), y el más reciente, la Súper Liga con Wuilker Fariñez (que conseguimos el día que alcanzamos un invicto de 17 fechas). Y me estremezco cuando recuerdo que el único título internacional de Millonarios, la Copa Merconorte del 2001, la ganamos con un venezolano defendiendo nuestro arco (Rafael Dudamel), quien llegaba a reemplazar a un portero uruguayo (Héctor Walter Burguez). Otra linda coincidencia.
Y es que no puedo dejar de pensar en las casualidades, no puedo esconder mi ansiedad porque llegue rápido ese 28 de febrero para recibir al Corinthians en la primera fecha y empezar ese lindo camino hacia el gran objetivo, el sueño de todo un continente. Se vienen lindas noches capitalinas entre semana, con los nervios a mil, con poca concentración en el trabajo y con la camiseta debajo o en el maletín esperando la hora de salida para vestirla y salir corriendo a cumplir la cita con nuestro gran amor. Como en aquellas noches de Copa Sudamericana del 2007 y 2012, con el estadio a reventar y vibrando al ritmo de los cantos de la gran hinchada azul.
La invitación es a creer más que nunca en este equipo, en este cuerpo técnico y jugadores. Ya sea aferrados a los argumentos futbolísticos, a las coincidencias y las cábalas o simplemente a la tradición y el orgullo que implica ser parte de la hinchada más fiel y del club más grande del país. La invitación es a llenar en cada partido el templo de la 57 y convertirlo en un calvario para todo el que nos visite. Ahorre, no se la pierda, si es abonado de este semestre invite a sus amigos, si les falta para la boleta présteles. La invitación es a que entre todos volvamos a poner el nombre de Millonarios en lo más alto del plano internacional, el lugar que siempre ha merecido.
Por: Wbeimar Veloza
@siemprembajador