El profesor Gamero y sus jugadores se complicaron la clasficación a la final. Pese a esto, hay que empezar por el rival esta vez: es inaudito que el Junior de Barranquilla, con una nómina tan amplía, venga a Bogotá para opacar el fútbol con marrulla. Pasaban los minutos y el equipo de Juan Cruz Real no veía la forma de perjudicar a Montero con goles, solo vieron una opción para debilitar a Millonarios: quemar tiempo, y efectivamente les funcionó, no porque Millonarios se viera inferior, sino porque el arbitraje les permitió salirse con la suya.
Una de las tantas razones para irse a casa con preocupación y zozobra de lo que pueda pasar en las siguientes fechas de cuadrangulares es que Millonarios no domine su propio juego y caiga en las trampas que ese tipo de rivales le imponen. Cuando digo ‘ese tipo de rivales’, me refiero a equipos con tan poca mentalidad ganadora que su única arma es tirarse al piso simulando faltas extremadamente tontas e inmaduras. Ahí Millonarios no logra hacer notar la jerarquía y el liderazgo que tanto ha necesitado en partidos decisivos.
Fueron dos tiempos diferentes: en el primero, Millonarios tuvo llegadas claras, fue organizado y estuvo concentrado tanto en las jugadas individuales como en las colectivas, pero faltaba lo más importante: marcar gol. Todas las líneas del equipo que dirige Alberto Gamero tienen una idea de juego clara, saben lo que deben hacer y prácticamente en todos los partidos han respondido a lo exigido. Aún así, cada vez es más evidente la ausencia de un 9, un goleador, un jugador en el frente de ataque que marque la diferencia y complemente todo lo que hace el equipo desde el arco hasta los extremos. Sin goles, será muy complicado que Millonarios tome jerarquía, domine los partidos y le quite la manía a equipos como el Junior de Barranquilla a quemar tiempo las veces que quiera.
Pegarle al arco desde fuera del area es un miedo que Millonarios debe controlar y quitar definitivamente. Ya es claro que toca y juega bien, pero su mismo planteamiento de juego le pide a gritos que rematen de larga distancia, pues en jugadas simples donde pueden hacerlo sencillamente no lo hacen y terminan enredándose y complicandose solos ¿Cuál es el miedo de pegarle al balón sin tener que esperar a estar en las 5 con 50?.
Para rematar la noche, el árbitro Alexander Ospina fue cómplice de Viera y Borja al permitirles quemar tanto tiempo, promover la violencia, provocar la hinchada, jugar brusco y no sacar las tarjetas en faltas tan evidentes y descaradas. Millonarios intentó jugar fútbol, pero no fue nada fácil cuando el rival se dedicó a que vieramos una obra de teatro, una dramatización del Junior dirigida por Juan Cruz Real ¡qué falta de respeto le han hecho al fútbol!.
No es necesario sacar calculadora para comenzar a cuadrar cuentas, Millonarios sigue dependiendo de sí mismo haciendo 6 puntos. La cuestión es que el gol no llega con facilidad, Millos no ha podido cerrar los partidos y le está dando vida a equipos que no tienen las mismas capacidades para pelear. Ganar suena fácil, y aunque no lo es, sigue con posibilidades de hacerlo. Si no cuenta con un 9 goleador, entonces es hora de sacar la artillería aniquiladora: jerarquía, mentalidad ganadora, personalidad y ganas de salir campeón.
Millonarios: Montero; Llinás; Perlaza; Cuenú; Bertel; Pereira; Vázquez; Gómez; Silva; Ruíz; Valencia.
Tarjetas Amarillas: 20’ Pereira
Cambios: 63’ Sosa por Pereira; 86’ Márquez por Gómez; Rosales por Perlaza
Por: @karol_t29