No han sido días fáciles para nosotros los hinchas de Millonarios; pero bueno, ¿cuándo tenemos un día relativamente fácil los fanáticos del fútbol? Luego de quedar campeones, la inmediatez nos lleva a preguntarnos por los refuerzos, los torneos internacionales, los abonos, etc. La calma es momentánea, siempre estamos pensando en algo.

A medida que el semestre avanzó, la poca gasolina de algunos jugadores se esfumó y el equipo vio como partido tras partido, las opciones de disputar un título desaparecían. Las eliminaciones, un juego poco claro, las malas decisiones del cuerpo técnico y el bajo nivel de la plantilla, llevó a un final: la salida de Miguel Ángel Russo. Reacciones de todo tipo se escucharon; rechazo, intranquilidad, inconformidad y tristeza. Muchos debates se abrieron, pero uno me llamó la atención: ¿es Russo un ídolo de Millonarios? La respuesta para mí no tiene discusión; sí.

Algún comentarista deportivo se le fue lanza en ristre en contra del DT argentino afirmando que no le alcanzaba para entrar en la historia ‘azul’. Pobrecito, en medio de todo creo que hay unos profundos celos y envidia porque a Russo lo recordaremos por hacerse cargo del equipo en medio de una enfermedad, porque nos enseñó que todo se cura con amor y sobre todo, que debemos dar las grandes batallas haciendo lo que nos gusta.

«¿es Russo un ídolo de Millonarios? La respuesta para mí no tiene discusión; sí.»

Y por encima de todo, porque nos dio dos título ante los dos más importantes rivales. ¿Al comentarista quien lo recuerda? En su afán periodístico, la polémica se vuelve un vehículo para figurar, para posar de criterioso y objetivo. Pero, ¿quién es él para decirle a una hinchada, un ídolo?, es simple: no es nadie.

Viven enamorados del pasado que no volverá, criticando el presente y pintando futuros negros en donde no estarán. Viven endiosando tipos que tuvieron malas actuaciones en el pasado, negocios cuestionados y se atreven a llamar “pecho fríos” o “jugadores retirados” a estrellas como Falcao. El llamado es simple: no dejarse contaminar. El criterio es tan propio y subjetivo que solo nosotros sabemos el lugar que ocupa Russo en nuestro corazón.

¡Gracias Russo! me hiciste recordar la valentía de una mujer como mi abuelita, aquella que con amor y proyección creyó en sus inferiores, las cultivó, las llevó a la titular y hoy son la cabeza de una familia. Recogiste lo sembrado y te lo agradecemos, haz dado tu vida por nosotros y lo mereces todo. Eso hizo Russo, en algún momento se jugó literalmente la vida por SU equipo Y SUS jugadores. Lo que hace un verdadero líder.

Entonces, cómo no amarlo y recordarlo con cariño, a aquellos que han dado su vida por enseñarnos el valor de la felicidad. Piensen en algo, ¿a quién llamaron cuando quedamos campeones?, ¿recuerdan esa sensación? Tal vez, si respiran y cierran los ojos lo recordarán y sentirán esa alegría que nos hizo desbordar Russo en ese momento. Miguel, tu nombre estará en la historia por SIEMPRE.

A ti, querido comentarista, poca historia te queda, y las hojas que escribes son pocas y dudosas. La historia trasciende, tus hojas cargadas de odio, no.

Llega una nueva etapa, donde creeremos, donde estaremos y nuestro amor se revalida. Como siempre, ¡VAMOS MILLOS QUERIDO!

 

Gustavo Caraballo

@padrinogacm