Con la partida de jugadores de peso como Falcao García, Álvaro Montero y Daniel Cataño, entre otros, la expectativa en torno al mercado de fichajes de Millonarios era alta. La hinchada soñaba con nombres capaces de mantener la competitividad del equipo y, sobre todo, de acercarlo a la anhelada estrella 17, pero son solo promesas que no pesan.
El contraste entre las declaraciones del director deportivo, Ricardo Pérez, y la realidad de los refuerzos genera más dudas que certezas. “La mayoría de los refuerzos llegaron con ritmo, el arquero de Amores no llegó lesionado, tuvo molestia en los primeros entrenamientos con Millonarios, pero venía tapando con Peñarol en liga y copa, Bruno es el único que no venía con ritmo, Jorge Cabezas, Edwin Mosquera y Cañozales también venían jugando”, aseguró Pérez en rueda de prensa. Pero un análisis detallado de cada incorporación pone en entredicho esa afirmación
Los fichajes de Millonarios bajo la lupa
Guillermo de Amores
El arquero uruguayo de 30 años fue presentado como pieza clave tras su paso por Peñarol, llegando como promesa “fue parte clave del equipo que conquistó los Torneos Apertura y Clausura 2024”, afirmó Millonarios en su comunicado de prensa presentando al Guardameta. La realidad es distinta: en el Torneo Apertura 2025 de Uruguay apenas disputó 3 de 15 partidos, recibiendo 3 goles y dejando su arco en cero en solo una ocasión. (transfermarkt)
Más suplente que titular en Montevideo, llegó a Bogotá con problemas físicos, que pronto se agravaron con nuevas molestias musculares, esto sumado al bajo rendimiento en cancha. Su futuro en Millonarios ya se ve comprometido con la llegada de Iván Arboleda, pedido expreso de Hernán Torres.
Bruno Sávio
El brasileño arribó procedente de Bolívar con la etiqueta de ser el reemplazo de Leo Castro. Pero los números en Bolivia ya alertaban: solo jugó 4 de 14 partidos posibles en la División Profesional 2025, sin goles y con apenas un 14% de titularidades (transfermarkt)
En Millonarios apenas alcanzó a disputar dos encuentros antes de ingresar a la enfermería por un esguince de rodilla. Un préstamo costoso para un jugador que, hasta ahora, no ha respondido.
Jorge Cabezas Hurtado
El delantero de solo 21 años llegó cedido desde Watford de Inglaterra, donde solo jugó un partido en enero de 2024 por la tercera ronda de la FA Cup contra el Chesterfield, logrando una asistencia. Aunque en el equipo inglés ha querido retenerlo, lo ha cedido en tres ocasiones, primero a Independiente Medellín, luego en el New York Red Bulls, y ahora Millonarios. (ESPN)
En el partido contra Santa Fe jugó los 90 minutos y contra el Pasto tuvo un buen primer tiempo. Aunque joven y con buen pasado en selecciones juveniles, su aporte real al equipo sigue siendo marginal. Con el regreso de Leo Castro, podría formarse una dupla interesante en el ataque.
Edwin Mosquera
El extremo llegó cedido desde Atlanta United, donde jugó 10 de 20 partidos en la última temporada de la MLS, siempre como suplente. Apenas 8% de minutos posibles y un gol en todo el campeonato. Su paso previo por Defensa y Justicia en Argentina fue igualmente discreto. En Bogotá, sus destellos han sido esporádicos y todavía no se afianza como una solución ofensiva. Ha estado ausente en los últimos partidos contra Águilas y Santa Fe y apenas jugó 9 minutos contra el Pasto.
Cristián Cañozales
El atacante llegó como agente libre desde el Carabobo FC de Venezuela, donde disputó 12 partidos en seis meses con un balance de un gol y tres asistencias. Si bien venía con algo de ritmo, en medio de un entrenamiento antes del duelo contra Deportivo Cali sufrió una fractura del tercer y cuarto metacarpiano de la mano derecha y aunque ya volvió a estar disponible, solo fue llamado contra Envigado, pero no sumó minutos. (Soccerway)
¿Refuerzos de peso? Improvisación más que visión
Los números no mienten: Millonarios apostó por jugadores sin continuidad, con antecedentes de lesiones o que venían de ser suplentes en sus clubes. El discurso de “análisis profundo y refuerzos de calidad” choca de frente con la realidad de un equipo que, en lugar de potenciarse, parece haber perdido competitividad.
El mercado pedía experiencia, jerarquía y liderazgo; lo que llegó fueron apuestas jóvenes aún por consolidar y jugadores con más dudas que certezas. Ricardo Pérez insiste en que el inicio no ha sido el ideal, pero que los jugadores “sí fueron estudiados”. La hinchada, en cambio, se pregunta si realmente hubo un plan estratégico o si el mercado se manejó a punta de improvisación.
En el plano administrativo, Millonarios se encuentra en un limbo: los recursos están, pero no se han invertido de manera estratégica. En ese contexto, la gestión de Ricardo Pérez resulta cuestionable. Las incorporaciones de este semestre no solo han sido insuficientes, sino que evidencian una falta de planificación que exige responsables.
Lo cierto es que la estrella 17, ese sueño que estuvo tan cerca los dos últimos semestres, hoy luce más lejana.